¿En qué casos se recomienda realizar una endoscopia?
Se recomienda realizar una endoscopia para diagnosticar y tratar problemas digestivos como úlceras, sangrado gastrointestinal, inflamaciones, tumores, o la presencia de cuerpos extraños. También se emplea para investigar síntomas como dolor abdominal persistente, náuseas, vómitos, dificultades para tragar o pérdida inexplicada de peso.
¿Cómo se prepara un paciente para una endoscopia?
El paciente debe seguir instrucciones específicas que pueden incluir ayuno previo, dejar de tomar ciertos medicamentos y, en algunos casos, limpiarse el colon con un laxante. Es importante consultar con el médico sobre preparaciones adicionales específicas para el tipo de endoscopia que se realizará.
¿Cuáles son los riesgos asociados a una endoscopia?
Los riesgos asociados a una endoscopia incluyen reacciones adversas a la anestesia, sangrado, infecciones y perforación del órgano examinado. Aunque son poco frecuentes, estos riesgos pueden requerir atención médica adicional o intervención quirúrgica. También puede haber molestias leves, como dolor de garganta o hinchazón abdominal temporal.
¿Qué sucede durante una endoscopia?
Durante una endoscopia, un médico inserta un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo, a través de una abertura natural del cuerpo, como la boca o el recto, para examinar órganos internos. Esto permite visualizar y, en algunos casos, tratar áreas específicas del sistema digestivo.
¿Es dolorosa una endoscopia?
Una endoscopia generalmente no es dolorosa porque se realiza con anestesia local o sedación leve. Puede causar cierta incomodidad o presión, pero no suele ser dolorosa. Algunos pacientes pueden experimentar molestias leves o dolor de garganta después del procedimiento.