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Comprender los Activos Autoconstruidos en Ciencias Empresariales
El tema de los activos autoconstruidos puede resultar un poco desalentador para los que estudian Empresariales por primera vez, pero son esenciales en los campos contable y financiero.
Conceptos fundamentales del patrimonio autónomo
La premisa de los activos autoconstruidos es intrínseca a las empresas y a sus operaciones financieras. Pero para descubrir qué son estos activos, profundicemos en este fenómeno empresarial.
Los Activos Autoconstruidos se refieren a los activos que construye o fabrica una empresa para su uso, en lugar de comprarlos a otra empresa. Esto implica gastos y actividades relacionados con la producción y el desarrollo de estos activos concretos.
Estos activos pueden incluir edificios de oficinas, maquinaria o sistemas de software desarrollados internamente. El coste de los activos autoconstruidos se compone tanto de costes directos como indirectos.
- Costes directos: Estos costes pueden estar directamente asociados a la producción de los activos. Por ejemplo, el coste de las materias primas, la mano de obra directa, etc.
- Costes indirectos: Estos costes no están directamente asociados a la producción, pero siguen siendo necesarios para la creación del activo. Esto incluye costes como la depreciación, los gastos generales de fábrica, etc.
El proceso de decidir qué costes incluir en el valor de los activos autoconstruidos puede ser complejo, ya que requiere comprender tanto la naturaleza de los costes como las normas contables específicas aplicables a la empresa.
Definición e importancia de los activos autoconstruidos
Los activos autoconstruidos podrían denominarse "activos desarrollados internamente".
Los activos autoconstruidos son esenciales para las empresas, ya que pueden ayudar a ahorrar costes en comparación con la compra de activos similares al exterior. A menudo considerados una inversión a largo plazo, estos activos pueden influir significativamente en la salud financiera de una empresa a largo plazo.
Ayudan a minimizar los costes operativos, mejoran la utilización de los recursos financieros y permiten a las empresas adaptarlos a sus necesidades específicas. Por lo tanto, el registro y la gestión adecuados de estos activos deben ser una prioridad para cualquier empresa.
Principales características de los activos autoconstruidos
Los activos autoconstruidos tienen algunas características únicas que los diferencian de otros tipos de activos:
Especificaciones únicas: Al ser fabricados por la propia empresa, pueden personalizarse totalmente, según los requisitos de la empresa. |
Fuente de inversión: La financiación de estos activos procede principalmente del capital de la empresa. |
Control sobre la producción: Como la empresa es a la vez creadora y usuaria, tiene un control total sobre el proceso de producción. |
Impacto en los estados financieros: Estos activos influyen significativamente en el balance, la cuenta de resultados y el estado de tesorería. |
Conocer estas características proporciona a las empresas una visión completa sobre el impacto, los riesgos, los beneficios y las funciones relacionadas con los activos autoconstruidos.
Contabilización de los activos autoconstruidos
Desentrañar los entresijos de la contabilidad de los activos autoconstruidos supone un reto dinámico que requiere tu comprensión de los principios básicos de las finanzas, la contabilidad de costes y un sólido conocimiento de las normas contables relacionadas. Profundicemos en este atributo, que forma parte integrante de los estudios empresariales.
Explorar el proceso contable de los activos de construcción propia
Los activos autoconstruidos requieren una contabilidad meticulosa, ya que repercuten directamente en los estados financieros de una empresa. Aunque durante la creación de estos activos se consumen recursos como materias primas y mano de obra, estos costes no son técnicamente "gastos" en el sentido tradicional. Por el contrario, aumentan el valor del activo en construcción y, por tanto, deben capitalizarse.
La capitalización de costes se basa en el concepto de que estos costes proporcionan beneficios más allá del periodo actual y, por tanto, deben equipararse a los ingresos de periodos posteriores.
Fundamentalmente, en consonancia con el principio de correspondencia en contabilidad, los costes de un activo autoconstruido deben capitalizarse hasta que el activo esté sustancialmente terminado y listo para su uso. Entre ellos, se consideran los costes directos, como los costes de material y mano de obra, y aquellos costes indirectos directamente atribuibles a la producción del activo.
MOvevover, ten en cuenta que no todos los costes indirectos deben capitalizarse. Según las normas contables, sólo deben capitalizarse los costes indirectos que aumentan durante el periodo de construcción debido al esfuerzo de construcción. La lógica subyacente es que estos costes incrementados no se habrían producido si el activo no se estuviera construyendo.La fórmula general para el coste de los activos autoconstruidos es la siguiente
\[ \text{Coste de los activos autoconstruidos} = \text{Materiales directos} + \text{Trabajo Directo} + \text{Gastos generales asignados} \]Supongamos que una empresa construye un nuevo edificio de oficinas. El coste del cemento, los ladrillos, el vidrio y otras materias primas representan los costes directos de material. Los salarios pagados al equipo de construcción representan los costes laborales directos. Mientras que el alquiler del equipo de construcción y otros gastos generales de la fábrica, como los seguros y los servicios públicos utilizados durante el periodo de construcción, se contabilizarán como gastos generales asignados.
Pasos clave en la contabilidad de los activos de autoconstrucción
La contabilización de estos activos implica la comprensión de algunos pasos clave.
- Imputación de costes: Asigna todos los costes directos e indirectos incurridos durante la producción a la cuenta de activos adecuada.
- Periodo de capitalización: Determina el periodo durante el cual deben capitalizarse los costes, generalmente desde la decisión de fabricar el activo hasta que esté sustancialmente terminado y listo para su uso.
- Interrupción de la capitalización: Deja de capitalizar los costes cuando el activo esté listo para su uso, aunque aún no esté en uso.
En algunos casos, sobre todo si el periodo de producción es largo, el coste de los intereses asociados a los fondos inmovilizados en la construcción también debe capitalizarse como parte del coste del activo. Esta práctica se denomina capitalización de intereses.
Papel de los PCGA en la contabilidad de los activos autoconstruidos
De acuerdo con los Principios Contables Generalmente Aceptados (PCGA), los costes asociados a los activos autoconstruidos deben clasificarse como gastos de capital y no como gastos operativos. La capitalización de estos costes ayuda a repartirlos a lo largo de la vida útil del activo, mejorando así la exactitud de los estados financieros a lo largo del tiempo.
Este principio está dictado por los PCGA en el apartado "Inmovilizado material" (ASC 360 de los PCGA estadounidenses o NIC 16 de las NIIF). Aquí, los costes directos e indirectos claramente atribuibles a la adquisición, construcción o producción de activos deben capitalizarse, si es probable que el activo genere beneficios económicos.
Los PCGA constituyen el conjunto global de normas que orientan a las empresas sobre cómo mantener y elaborar sus estados financieros. La adhesión a los PCGA permite la coherencia y la transparencia en el registro financiero, especialmente esencial cuando las partes interesadas necesitan calibrar la salud financiera y el historial de una empresa.
Por tanto, es importante que las empresas se adhieran a las normas GAAP al contabilizar sus activos autoconstruidos para promover la comparabilidad y la transparencia en sus informes financieros.
Capitalización de los activos autoconstruidos
La capitalización es un aspecto esencial de la contabilidad de los activos autoconstruidos. Consiste en imputar los costes asociados a la producción del activo, incluidos determinados costes por intereses, al valor del activo. Este proceso permite a la empresa recuperar el gasto a lo largo de la vida útil del activo procesándolo como un gasto de amortización.
Capitalización de intereses en un activo autoconstruido
Si emprendes un proyecto que implica un gasto importante y se extiende durante un largo periodo de tiempo, no es raro que pidas prestados fondos para el proyecto. Los intereses que surgen durante el periodo de construcción aumentan el coste del activo. No capitalizar estos intereses como parte del coste de producción suele dar lugar a una infravaloración del coste del activo y a una sobrevaloración de los ingresos netos del periodo.
La capitalización de intereses es un método según el cual los gastos por intereses incurridos durante el periodo de construcción de un activo autoconstruido se añaden al coste del activo en lugar de cargarse como gasto del periodo.
Comprender el concepto de capitalización de intereses
El proceso de capitalización de intereses comienza cuando se cumplen tres condiciones:
- Se han realizado los gastos del activo.
- Están en curso las actividades necesarias para preparar el activo para el uso previsto.
- Se está incurriendo en costes por intereses.
El periodo de capitalización finaliza cuando el activo está sustancialmente terminado y listo para su uso. Es importante señalar que no es necesario que el activo esté en uso para que cese la capitalización de intereses; basta con que esté listo para su uso.
Por ejemplo, supongamos que tu empresa ha construido un almacén con fondos del préstamo. La construcción comenzó el 1 de enero, y el 31 de marzo el almacén está listo para su uso, aunque no se utilice hasta el 1 de junio. La capitalización de intereses se detendría el 31 de marzo, cuando el almacén estuviera listo para su uso.
Aplicación de la capitalización de intereses en un activo autoconstruido
La capitalización de intereses se aplica a los activos autoconstruidos para uso propio de la empresa y a los activos destinados a la venta o al arrendamiento, siempre que estén en curso las actividades necesarias para que estén listos para la venta o el arrendamiento.
Además, los intereses concretos que deben capitalizarse se determinan en función del menor de los costes por intereses reales incurridos durante el periodo de capitalización o de los intereses potenciales que podrían haberse evitado si no se hubiera realizado el gasto para el activo, es decir, los "intereses evitables".
Así se calcula
\[ \text{Intereses evitables} = \text{importe medio ponderado del gasto} \por \texto{tipo de interés} \]En la ecuación anterior, el importe medio ponderado de los gastos es la suma de los gastos del activo ponderada por el tiempo (fracción de año o periodo contable) que un gasto está pendiente.
Proceso de capitalización de activos de construcción propia
El proceso de capitalización de los activos autoconstruidos consiste en reconocer y registrar correctamente en los estados financieros los costes asociados a su construcción y producción. Permite a la empresa distribuir los costes incurridos en la creación del activo a lo largo de su vida útil, en lugar de tratarlos como gastos en el periodo en que se identificaron.
Cómo capitalizar los costes de los activos de construcción propia
El proceso de capitalización es un paso sistemático para garantizar que todos los costes directos e indirectos relacionados con la producción del activo se contabilizan debidamente:
- Identifica todos los costes directos: Determina todos los costes directamente asociados a la producción del activo. Esto incluye las materias primas y los costes laborales.
- Identifica todos los Costes Indirectos: Determina todos los costes no asociados directamente a la producción pero que son necesarios para la creación del activo. Esto incluye costes como la depreciación, los gastos generales de fábrica, etc. Sólo deben capitalizarse los costes indirectos que aumenten durante el periodo de construcción debido al esfuerzo de construcción.
- Comienza la capitalización: Capitaliza estos costes desde el momento en que decidas crear el activo y continúa hasta que el activo esté sustancialmente terminado y listo para su uso.
- Incluye los costes por intereses (si los hay): La capitalización de intereses es un aspecto importante a tener en cuenta en los casos en que se piden fondos prestados para financiar la construcción de activos.
- Dejar de capitalizar: Es imperativo dejar de capitalizar los costes cuando el activo esté listo para su uso, aunque todavía no esté en uso.
Comprender estos pasos te proporcionará una base clara para la capitalización de activos de construcción propia, manteniendo tus libros contables precisos y conformes con los principios contables estándar.
Activos autoconstruidos según las normas internacionales
Al navegar por el mundo de los activos autoconstruidos, comprender las normas internacionales de contabilidad adquiere la máxima importancia. Los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA) y las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) son dos marcos fundamentales que guían el reconocimiento y la valoración de dichos activos. Como normas mundiales, definen cómo deben calcularse, declararse y divulgarse los activos autoconstruidos en la información financiera.
Activos autoconstruidos según los PCGA
En EE.UU., los PCGA son el marco estándar de directrices para la contabilidad financiera. Incluye las normas, convenciones y reglas que siguen los contables en el registro y resumen de las operaciones y en la elaboración de los estados financieros. Es crucial comprender las normas y enfoques específicos de los PCGA necesarios para contabilizar con precisión los activos autoconstruidos.
Directrices de los PCGA para los activos autoconstruidos
Según los PCGA, los activos autoconstruidos deben incluir todos los costes directamente asociados a la creación de activos, como los costes de material y mano de obra, así como una parte proporcional de los costes indirectos en los que se incurre al crear el activo.
Los PCGA reconocen costes como los gastos generales y de administración como un gasto del periodo y no como parte del coste de producción. Sin embargo, sí permite la capitalización de los intereses de los préstamos para la construcción, como parte del coste del activo. Esto es conforme a la norma de Capitalización de intereses (Sección 835-20 de la Codificación de normas contables del FASB). En consecuencia, la capitalización de intereses comienza cuando se inicia la construcción y finaliza cuando ésta se ha completado sustancialmente o se ha suspendido la producción.
Además, según las normas GAAP, los costes de los activos fabricados con el fin de ser vendidos se consideran existencias y no se capitalizan.
Diferencias en los Activos Autoconstruidos: PCGA frente a NIIF
Aunque tanto los PCGA como las NIIF proporcionan normas para contabilizar los activos autoconstruidos, existen algunas distinciones clave.
A diferencia de los PCGA, las NIIF no exigen que las empresas capitalicen los intereses de los activos autoconstruidos. Además, las NIIF exigen la capitalización de los "costes directamente imputables", que incluyen una gama más amplia de gastos, como los costes directos de mano de obra, el coste de preparación del terreno, la entrega inicial, los costes de manipulación, los costes de instalación y los honorarios profesionales.
Otra diferencia radica en cómo trata cada marco la clasificación de los activos autoconstruidos destinados a la venta. A diferencia de los PCGA, que los consideran existencias, las NIIF exigen que se capitalicen como activos no corrientes hasta el punto de venta.
Activos autoconstruidos según las NIIF
Norma mucho más amplia que los PCGA, las NIIF se utilizan en muchas partes del mundo, como la Unión Europea, Australia y la India. Las normas NIIF para activos autoconstruidos divergen de los PCGA en algunas áreas, proporcionando un conjunto diferente de directrices para la valoración de dichos activos.
Normas NIIF para activos autoconstruidos
Según las NIIF (concretamente, la NIC 16 y la NIC 23), el coste de los activos autoconstruidos incluye los costes directamente imputables, que incorporan todos los costes directos y cualquier coste directamente imputable necesario para poner el activo en condiciones de funcionamiento para el uso previsto. La norma permite a las empresas elegir el método de asignación de los gastos generales fijos al coste de transformación, pero la asignación debe basarse en la capacidad operativa normal.
Pasando a la capitalización de intereses, las NIIF también ofrecen orientaciones sobre la capitalización de los costes por intereses que sean directamente atribuibles a la adquisición, construcción o producción de un activo apto. En general, las NIIF exigen que se capitalicen más intereses que los PCGA.
Según las NIIF, de forma similar a los PCGA, la capitalización de intereses comienza cuando la entidad incurre en costes por intereses y cesa cuando se han completado sustancialmente todas las actividades necesarias para preparar el activo apto para su uso previsto o su venta.
Similitudes en los Activos Autoconstruidos: PCGA frente a NIIF
A pesar de sus diferencias, los PCGA y las NIIF comparten algunos puntos en común en lo que se refiere a los activos autoconstruidos. Ambas normas coinciden en que los costes directamente asociados a la producción del activo, como los costes de materiales y mano de obra, deben capitalizarse.
Del mismo modo, tanto los PCGA como las NIIF permiten la capitalización de los costes por intereses de los empréstitos atribuidos a la construcción de los activos. Sin embargo, el importe y el período de los intereses capitalizados pueden diferir entre ambas normas debido a sus diferentes reglas para determinar los tipos y el período de capitalización.
Por último, en ambos marcos, la capitalización cesa cuando el activo está listo para el uso previsto, con independencia de que se ponga en funcionamiento o no. En otras palabras, ambas normas vinculan el cese de la capitalización a la finalización física del activo, no a su fase operativa.
Aplicación práctica: Ejemplo de activos autoconstruidos
Llevar la teoría a la práctica es un enfoque eficaz para una comprensión global de los activos autoconstruidos. Un ejemplo práctico precisaría los detalles de los procesos de identificación, asignación y capitalización del coste de los activos. Aumentará tu comprensión del marco conceptual de estos activos y te ayudará a perfeccionar tu capacidad de toma de decisiones financieras y de gestión.
Comprender los Activos Autoconstruidos con Ejemplos de la Vida Real
Una empresa minorista que pretende ampliar sus operaciones planea construir un nuevo almacén. La construcción del almacén se considera un proyecto, y el propio almacén es un activo autoconstruido. Se utilizará para almacenar existencias para abastecer a las tiendas de toda una región, lo que influirá directamente en la generación de ventas de la empresa.
El almacén autoconstruido incurre en una serie de costes asociados, como materiales directos (ladrillos, cemento, acero), mano de obra directa (salarios de los trabajadores de la construcción), gastos generales directamente imputables (alquiler de equipos) y costes indirectos (gestión general de la obra).
Además, supongamos que la empresa pidió prestado 1.000.000 $ a un tipo de interés anual del 5% para financiar el proyecto de construcción. El periodo de construcción dura 2 años, durante los cuales la empresa incurre en costes por intereses. De acuerdo con las normas de capitalización de intereses, estos costes deben capitalizarse y añadirse al coste del almacén.
Desglose de un ejemplo de activos autoconstruidos
- Coste de los materiales directos: El coste de las materias primas, incluidos los ladrillos, el cemento, el acero y otros, se clasifican como costes de materiales directos.
- Coste de mano de obra directa: Los salarios pagados a los trabajadores de la construcción se designan como costes de mano de obra directa.
- Gastos Generales Directamente Atribuibles: Los costes como el alquiler de equipos que son directamente atribuibles a la construcción del almacén se clasifican como gastos generales directamente atribuibles.
- Costes Indirectos: Los costes como la gestión general de la obra que no contribuyen directamente a la construcción pero son necesarios para el proyecto se consideran costes indirectos.
- Costes por intereses: Los costes por intereses se capitalizan de acuerdo con las normas de capitalización de los costes por préstamos. Utilizando la fórmula para calcular el coste evitable de los intereses: \[ \text{Intereses Evitables} = \text{importe medio ponderado de los gastos} \por \texto{tipo de interés} \] El coste total de los intereses durante el periodo de construcción de dos años será de \( 1.000.000 $ \times 5\% \times 2 = 100.000 $ \).
La suma de estos costes constituirá el coste total del almacén registrado en la contabilidad de la empresa como activo de construcción propia.
Aprender de un caso práctico de activos autoconstruidos
Profundicemos en este caso y comprendamos sus implicaciones en los estados financieros de la empresa. Una vez finalizada la construcción del almacén, la empresa añadirá el coste total calculado anteriormente a su balance como activo no corriente en "Inmovilizado material". El gasto por amortización se registrará en cada ejercicio contable para distribuir uniformemente el coste de este activo a lo largo de su vida útil, siguiendo el principio contable de correspondencia.
Esta capitalización del almacén como activo, en lugar de imputar sus costes en los periodos en que se incurrió en ellos, da lugar a mayores beneficios en los periodos financieros durante la construcción. En consecuencia, también da lugar a mayores activos, y potencialmente a mayores fondos propios, dependiendo de la financiación de la construcción del almacén. Éstos no habrían sido los casos si la empresa se hubiera limitado a imputar todos los costes a medida que se incurría en ellos.
De este estudio de caso se desprende claramente que entender el tratamiento contable de los activos autoconstruidos no consiste únicamente en registrar las cifras correctas en los estados financieros. También influye en el análisis y la interpretación de estos estados financieros, afectando a la percepción de la salud financiera y el rendimiento de la empresa.
Activos autoconstruidos - Aspectos clave
- Los costes de recursos como materias primas y mano de obra consumidos durante la creación de Activos Autoconstruidos no son técnicamente "gastos" en el sentido tradicional, sino que deben capitalizarse, ya que aumentan el valor del activo en construcción y se espera que proporcionen beneficios más allá del periodo actual.
- Los costes de un activo autoconstruido deben capitalizarse hasta que el activo esté sustancialmente terminado y listo para su uso. Estos costes incluyen los costes directos, como los costes de material y mano de obra, y los costes indirectos que aumentan durante el periodo de construcción debido al esfuerzo de construcción.
- La contabilización de los activos construidos por cuenta propia implica asignar todos los costes directos e indirectos incurridos durante la producción, determinar el periodo durante el cual deben capitalizarse los costes y detener la capitalización cuando el activo esté listo para su uso, aunque todavía no esté en uso.
- En algunos casos, el coste de los intereses asociados a los fondos inmovilizados en la construcción también debe capitalizarse como parte del coste del activo. Esta práctica se denomina capitalización de intereses.
- Los PCGA dictan que los costes asociados a los activos de construcción propia deben clasificarse como gastos de capital y no como gastos operativos, y deben capitalizarse si es probable que el activo genere beneficios económicos. Mientras tanto, según las NIIF, el coste de los activos autoconstruidos incluye los costes directamente atribuibles necesarios para poner el activo en condiciones de funcionamiento para el uso previsto, y proporciona orientaciones sobre la capitalización de los costes por préstamos que sean directamente atribuibles a la adquisición, construcción o producción de un activo.
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