Saltar a un capítulo clave
Comprender la investigación-acción en los estudios empresariales
La Investigación-Acción es un término que circula con frecuencia en el mundo empresarial actual. Puede darte una idea aproximada sobre la puesta en marcha de movimientos y la realización de investigaciones, pero es mucho más que eso.
Definición de la investigación-acción en el contexto de la gestión del cambio
La Investigación-Acción, como su nombre indica, es una indagación sistemática realizada por quienes emprenden la acción con el fin de mejorar sus acciones futuras. Es un proceso participativo y democrático que busca soluciones prácticas a cuestiones que preocupan a las personas, más concretamente a las de las organizaciones.
Sin embargo, en el contexto de la gestión del cambio, la Investigación-acción desempeña un papel fundamental. El cambio es un elemento omnipresente en las empresas y la gestión eficaz de este cambio es lo que, en última instancia, determina el destino de una organización. La Investigación-Acción contribuye a este proceso ayudando a las partes implicadas a reflexionar e indagar sobre sus prácticas y, posteriormente, a decidir cuáles son los mejores cambios posibles que merece la pena adoptar.
Por ejemplo, si una organización está luchando contra una elevada rotación de personal, podría emplear la Investigación-acción para comprender las causas profundas y, a continuación, diseñar estrategias para abordar estos problemas.
La definición de Investigación-acción - Desmenuzada
Al desglosar la definición de Investigación-acción se obtiene una fórmula fácil de entender: Reflexionar, Planificar, Actuar y Observar. He aquí lo que significa cada etapa:
- Reflexionar: Comprender el problema que hay que abordar.
- Planificar: Esbozar la estrategia para abordar el problema en cuestión.
- Actuar: Poner en práctica el plan trazado.
- Observar: Seguimiento constante del plan aplicado para comprobar su eficiencia y eficacia.
Aplicación de la Investigación-acción en entornos empresariales
Cuando se trata de aplicar la Investigación-acción en un entorno empresarial, generalmente se lleva a cabo en un proceso cíclico que consta de cuatro pasos:
Identificar un área de interés | Recoger datos |
Analizar e interpretar los datos | Desarrollar un plan de acción |
Por ejemplo, si una organización se enfrenta a un problema de reducción de ventas, primero podría identificar el área problemática, que podría ser algo así como la disminución de la satisfacción del cliente. A continuación, recopilarían datos relacionados con la opinión de los clientes, los analizarían y desarrollarían un plan de acción basado en los resultados. Una vez puesto en práctica, el proceso vuelve a empezar, lo que refleja la naturaleza cíclica de la Investigación-acción.
Esta naturaleza cíclica de la Investigación-Acción magnifica su eficacia, proporcionando a las organizaciones una herramienta integral para la mejora continua y la resolución de problemas.
Una mirada en profundidad a la metodología de la Investigación-acción
La metodología que subyace a la Investigación-acción está ergonómicamente diseñada para facilitar un proceso de aprendizaje y adaptación continuos basado en los datos recogidos y analizados dentro del propio ciclo de investigación. Esta característica la convierte en una de las metodologías de investigación más dinámicas y con mayor capacidad de respuesta, sobre todo en entornos fluidos y rápidamente cambiantes como las organizaciones empresariales.
Captación de información a través del ciclo de investigación-acción
Esta noción de iteración y adaptación continuas está integrada en el Ciclo de Investigación-Acción, que consta de los pasos de observación, reflexión, planificación y acción. El proceso cíclico garantiza que los planes y las acciones se basen en los pasos anteriores, lo que conduce a un perfeccionamiento progresivo de las estrategias en respuesta a los datos recopilados y los resultados observados.
Desembalaje de cada paso del ciclo:
- Observación: El primer paso del ciclo consiste en observar el entorno y los fenómenos en cuestión. Esto puede ir desde observar el comportamiento de los clientes, el rendimiento de los empleados, las tendencias del mercado o cualquier número de elementos relevantes. El objetivo principal es obtener una comprensión profunda y amplia del estado actual.
- Reflexión: La información observada se analiza a fondo para obtener percepciones e implicaciones. Se reflexiona sobre estas conclusiones en términos de sus implicaciones para la acción.
- Planificación: A partir de la reflexión, se elabora un plan. Este plan establece cómo abordar los problemas identificados o aprovechar las oportunidades potenciales que se encontraron en la fase de reflexión.
- Acción: A continuación, el plan se concreta en acciones. Estas acciones se supervisan continuamente para comprobar su efecto sobre el problema o la oportunidad identificados.
Desglosando el modelo de investigación-acción: Un elemento clave de la metodología
Al examinar el modelo de Investigación-acción, es importante señalar que está compuesto por dos elementos clave: un proceso cíclico (descrito anteriormente) y una metodología científica. La metodología científica utilizada en la Investigación-acción se adhiere a tres principios clave: validez, fiabilidad y generalizabilidad.
Profundicemos en estos principios:
- Validez: Se trata de la precisión y la importancia de los datos recogidos, y de si representan realmente lo que pretenden medir.
- Fiabilidad: Se refiere a la coherencia de los datos recogidos. Básicamente, si se volviera a realizar la misma investigación exactamente en las mismas condiciones, ¿los resultados serían los mismos?
- Generalizabilidad: Se refiere a la aplicabilidad de los resultados más allá de los límites del estudio. En otras palabras, ¿pueden aplicarse los resultados a entornos más amplios o a situaciones diferentes?
Comprender la relación entre la Investigación-acción y la Investigación-acción participativa
De forma algo similar a la Investigación-Acción, la Investigación-Acción Participativa es también un modelo democratizado de investigación. Sin embargo, una de las principales distinciones radica en quiénes son los principales contribuyentes a la investigación. En la Investigación Acción Participativa, los participantes en el estudio desempeñan un papel activo, no sólo como sujetos del estudio, sino también como colaboradores en el proceso de investigación. Tienen una participación significativa en la definición de los problemas, la decisión sobre los métodos y la aplicación de las soluciones.
No obstante, es fundamental comprender que ambas metodologías se solapan considerablemente y a menudo pueden utilizarse de forma complementaria. Por ejemplo, dado que uno de los principios de la Investigación-Acción consiste en implicar en el proceso de indagación a las personas afectadas por el cambio, engloba naturalmente el aspecto clave de la Investigación-Acción-Participativa, que sitúa a los participantes como colaboradores principales.
En resumen, aunque las metodologías tienen nombres y especificidades diferentes, ambas tienen en cuenta el dinamismo del mundo moderno, y que hacer frente a este dinamismo requiere adaptación, aprendizaje y colaboración continuos.
Explorar los distintos tipos de investigación-acción
Comprender la intrincada dinámica de la Investigación-Acción implica examinar sus distintos tipos o enfoques. Cada uno de estos tipos, que incluyen la Investigación Acción Colaborativa, la Investigación Acción en el Aula y la Investigación Acción Participativa, aporta una perspectiva única a la metodología y la aplicación de la investigación.
Visión general de los 3 tipos de investigación-acción
En esta sección, comprenderás mejor los tres tipos de Investigación-acción. Al observar sus características únicas, podrás comprender mejor sus aplicaciones específicas y cómo se diferencian entre sí.
Tipo 1: Investigación-acción colaborativa
Como su nombre indica, la Investigación Acción Colaborativa gira en torno a la colaboración. Suele implicar a un grupo de personas u organizaciones que se unen para investigar un problema común, mejorar la práctica o evaluar y mejorar la política. Este enfoque brinda la oportunidad de aprender unos de otros y generar conocimientos que beneficien no sólo a los individuos implicados, sino que incluso se extiendan a la comunidad o al sistema en general.
Los pasos principales de este tipo de Investigación-acción incluyen
- Determinar el área de interés o definir el problema
- Planificar el curso de acción
- Recoger y analizar datos
- Tomar medidas basadas en el análisis de los datos
- Reflexionar sobre la acción y aprender de ella
Este tipo de investigación se utiliza habitualmente en campos como la educación, el trabajo social y el desarrollo comunitario, debido a que se centra en mejorar la práctica y fomentar el aprendizaje colectivo.
Por ejemplo, un grupo de profesores podría colaborar para mejorar sus estrategias de enseñanza o un grupo de trabajadores sociales podría trabajar conjuntamente para evaluar y mejorar sus prácticas de compromiso con la comunidad.
Tipo 2: Investigación-acción en el aula
El segundo tipo de Investigación en Acción, la Investigación en Acción en el Aula, se dirige específicamente a los entornos educativos. Este tipo de investigación se centra principalmente en mejorar la práctica dentro del aula. Por lo tanto, los profesores suelen ser los investigadores principales en la Investigación Acción en el Aula, con el objetivo de resolver problemas en tiempo real dentro de su entorno docente.
En la Investigación Acción en el Aula, los pasos habituales son los siguientes:
- Identificar el problema: Este paso implica el reconocimiento de un problema concreto dentro del entorno del aula que hay que abordar.
- Plan de acción: Aquí, el profesor diseña intervenciones o estrategias de enseñanza para contrarrestar el problema identificado.
- Poner en práctica el plan: Las estrategias diseñadas se ponen en práctica en el aula.
- Recoger y analizar datos: El profesor recoge continuamente datos sobre la eficacia de las estrategias aplicadas y los analiza.
- Reflexiona sobre el proceso y los resultados: Basándose en el análisis, el profesor reflexiona sobre la eficacia de la estrategia y puede decidir si la ajusta o continúa con ella.
La Investigación-Acción en el Aula permite a los profesores convertirse en profesionales más reflexivos, que adaptan y perfeccionan continuamente su enseñanza para ajustarla mejor a las necesidades y estilos de aprendizaje únicos de sus alumnos.
Tipo 3: Investigación Acción Participativa
El tercer tipo, la Investigación Acción Participativa, supone un enfoque integrador de la investigación. Aquí, las partes interesadas o las personas afectadas por el tema en cuestión, participan activamente en el proceso de investigación. No son meros sujetos de la investigación, sino que también contribuyen a definir el problema, recoger datos, analizarlos y formular soluciones.
Los pasos clave de la Investigación Acción Participativa implican:
- Identificar el problema: Los participantes reconocen y acuerdan un problema o una cuestión que hay que abordar.
- Planificar: Los participantes elaboran conjuntamente estrategias o soluciones para abordar el problema identificado.
- Actuación: Las estrategias planificadas se ponen en práctica de forma colaborativa.
- Observar: Los participantes observan el impacto de las acciones emprendidas y recogen datos al respecto.
- Reflexionar: A partir de las observaciones, los participantes reflexionan y aprenden de todo este proceso.
Este tipo de Investigación-acción es especialmente útil en contextos de desarrollo comunitario o trabajo social, donde la participación activa y la capacitación de las personas afectadas por la investigación pueden conducir a un cambio más sostenible y significativo.
Ejemplos prácticos de Investigación-acción en la empresa
La comprensión de la Investigación-Acción queda incompleta si no nos sumergimos en sus aplicaciones prácticas, especialmente en el entorno empresarial. Diversos entornos empresariales, ya sea una multinacional o una pequeña empresa, pueden aprovechar el poder de la Investigación-acción para descubrir valiosas perspectivas e instigar cambios impactantes.
Análisis de ejemplos de Investigación-acción en diversos entornos empresariales
Profundizando en la practicidad de la Investigación-Acción, se encuentran multitud de ejemplos en los que las empresas han utilizado esta dinámica metodología de investigación para resolver retos del mundo real, mejorar eficazmente los procesos y suscitar cambios positivos de comportamiento. Para ofrecer una visión de este fenómeno, consideremos tres escenarios empresariales diferentes.
Ejemplo 1: Industria minorista
Una tienda minorista que se enfrentaba a problemas de gestión de inventarios adoptó los principios de la Investigación-acción para superar este reto. Empleó la metodología de investigación dentro de su ciclo de iteración: la tienda minorista primero hizo observaciones sobre sus problemas de gestión de inventarios. Las reflexiones sobre estas observaciones llevaron a proponer un nuevo sistema de gestión de inventarios planificado y ejecutado. Los resultados se comprobaron continuamente para mejorar la gestión del inventario. Mediante ciclos continuos de este proceso, la tienda minorista consiguió tanto mejorar su gestión de inventarios como crear un sistema adaptable que pueda abordar futuros problemas de gestión de inventarios.
Ejemplo 2: Empresa de fabricación
Una empresa manufacturera tenía problemas con la productividad de sus empleados. Se embarcó en un proyecto de Investigación-acción en el que empezó por observar el comportamiento de los empleados y los procesos de trabajo. A continuación, se reflexionó sobre estas observaciones. A partir de estas reflexiones, se planificaron e introdujeron nuevas políticas en el lugar de trabajo y planes de incentivos para los trabajadores. Se supervisó el impacto de estos cambios, se recogieron datos y se analizaron para evaluar si había mejorado la productividad. Con este planteamiento, la empresa pudo mejorar significativamente la productividad de los trabajadores y desarrollar una cultura laboral que seguía promoviendo el aumento de la productividad.
Ejemplo 3: Empresa de consultoría informática
Una empresa de consultoría informática se enfrentaba a una elevada tasa de abandono de clientes. Para solucionarlo, la empresa recurrió a la Investigación-acción. Al observar primero las pautas de interacción con los clientes -lo que parecía funcionar y lo que provocaba insatisfacción-, la empresa disponía de datos reales sobre los que reflexionar. Tras la reflexión, planificaron y aplicaron cambios en sus estrategias de gestión de clientes. Una vez más, se observó su efecto en la retención de clientes, y se introdujeron nuevas mejoras en el proceso hasta que la satisfacción y la retención de clientes aumentaron notablemente.
Reflexión sobre el impacto de la investigación-acción en los estudios empresariales
Una vez analizados los ejemplos prácticos, es fácil observar los efectos concretos de la Investigación-acción en los estudios empresariales. Principalmente, puedes ver que la Investigación-acción actúa como catalizador de las mejoras de los procesos y las políticas, lo que conduce a operaciones más eficientes y racionalizadas. Puesto que las mejoras y los cambios basados en datos repercuten directamente en la eficacia de las operaciones empresariales. En segundo lugar, fomenta la resolución proactiva de problemas. Las empresas ya no tienen que esperar a que los asuntos se conviertan en problemas importantes para abordarlos. Con la Investigación-Acción, los problemas se identifican y superan en las primeras fases.
Y lo que es más importante, fomenta una cultura de aprendizaje y mejora continua. Las empresas se convierten en organizaciones que aprenden y se adaptan rápidamente a los cambios de su entorno. La Investigación-acción no sólo repercute en los aspectos tangibles de una empresa (como la mejora de un proceso o la resolución de un problema), sino también en los intangibles (como el fomento de una cultura de indagación y adaptación).
Profundizar en el análisis del impacto
Cuantificar el impacto de la Investigación-acción es tan importante como ponerla en práctica. El análisis de impacto implica la evaluación de los cambios provocados por una acción o un proyecto. Parte integrante de un ciclo de Investigación-acción, el análisis de impacto permite a las empresas controlar la eficacia de las acciones emprendidas a partir de la investigación. Este análisis puede ser cuantitativo (basado en cifras) o cualitativo (basado en observaciones y experiencias). Puedes fijarte en los KPI, realizar encuestas de opinión a los empleados o mantener entrevistas con los clientes como forma de recopilar estos datos.
En última instancia, el verdadero poder de la Investigación-acción reside en su naturaleza iterativa, que permite el aprendizaje y la mejora continuos, muy necesarios en los entornos empresariales en constante cambio de hoy en día.
El papel de la Investigación-acción en la gestión del cambio
La Investigación-Acción desempeña un papel instrumental en la gestión del cambio, actuando como puente entre el conocimiento teórico y la aplicación práctica. Su proceso iterativo, que implica la identificación del problema, la planificación de la acción, la aplicación y la reflexión, proporciona un marco sistemático para gestionar el cambio con eficacia en un entorno empresarial incierto. Con la Investigación-Acción, no sólo ejecutas el cambio, sino que aprendes de él y adaptas el proceso en tiempo real para maximizar el éxito.
El Modelo de Investigación-acción como catalizador del cambio organizativo
Comprender la dinámica del Modelo de Investigación-acción es crucial para reconocer su potencial como catalizador del cambio organizativo. Ofrece un enfoque metódico para la resolución de problemas y la innovación, y su naturaleza cíclica lo convierte en una herramienta resistente en el siempre cambiante mundo empresarial. Este modelo consta de cinco etapas principales: Diagnosticar, Planificar la Acción, Actuar, Evaluar y Especificar el Aprendizaje.
La primera etapa, diagnosticar, se refiere a la identificación de los problemas organizativos que hay que abordar. Durante esta etapa, adquieres una comprensión profunda del problema, investigando su naturaleza, sus causas y su impacto. Diversas herramientas, como las opiniones de los empleados, los análisis y los estudios de mercado, pueden facilitar un diagnóstico eficaz.
La segunda etapa, la planificación de la acción, se refiere a la formulación de un enfoque para abordar el problema diagnosticado. Esto incluye el desarrollo de un plan detallado que describa los pasos para lograr los resultados deseados y la creación de puntos de referencia para medir el progreso.
A continuación, en la etapa de toma de medidas, aplicas los planes creados en la etapa anterior. Esto podría implicar la introducción de cambios en las políticas, los procesos o incluso en la cultura organizativa.
Pasar a la acción: Esta fase se refiere a la aplicación práctica u operacionalización de la acción planificada.
A continuación, pasas a la fase de evaluación. En esta fase crítica, evalúas el impacto de la acción emprendida. Esto implica recopilar datos relevantes tras la aplicación y analizarlos para comprender si la acción ha conducido al cambio deseado y con qué eficacia se ha abordado el problema. Esta evaluación puede realizarse utilizando medidas cuantitativas, percepciones cualitativas o una combinación de ambas.
En la etapa final, la de especificar el aprendizaje, reflexionas sobre todas las etapas anteriores y aprendes de este ciclo de Investigación-acción. Esta reflexión no se limita al resultado de la acción, sino que también abarca la idoneidad del problema diagnosticado, la eficacia del plan de acción, el proceso de aplicación y el método de evaluación. Los conocimientos adquiridos a partir de esta práctica reflexiva informan el siguiente ciclo de Investigación-acción, apoyando así la evolución continua de la organización.
Cómo fomenta el Ciclo de Investigación-acción la mejora continua en las empresas
El Ciclo de Investigación-acción está diseñado para promover una cultura de mejora continua en el entorno empresarial. La configuración del ciclo, que incorpora elementos de planificación, acción y reflexión, fomenta un entorno de aprendizaje activo que favorece el avance constante.
La naturaleza iterativa del Ciclo de Investigación para la Acción es clave para su papel en la mejora continua. El aprendizaje especificado al final de un ciclo alimenta la fase de diagnóstico del siguiente, creando un bucle interminable de progreso. Esto significa que, en lugar de considerar los problemas como sucesos aislados, se ven como oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
En la etapa del Plan del Ciclo de Investigación para la Acción, la etapa de planificación de la acción, esbozas tus soluciones para el problema identificado, estableciendo un rumbo orientado al progreso. Sin embargo, la mera planificación no es suficiente. Es la ejecución de estos planes, de la que se ocupa la etapa de Acción, la que produce el cambio real en la organización. Las acciones pueden ir desde pequeños ajustes en los procesos hasta cambios significativos en la cultura organizativa: lo que mejor sirva para resolver el problema identificado.
Por último, en la fase de Reflexión, que incluye las fases de evaluación y especificación del aprendizaje, evalúas el impacto de la acción implementada. Esta reflexión tiene dos vertientes: se trata de evaluar los resultados y de aprender de todo el proceso. En esta fase no sólo se evalúa si la acción resolvió el problema, sino que también se descubre cómo se diagnosticó inicialmente el problema, hasta qué punto fue preciso el plan de acción y con qué eficacia se llevó a cabo la acción. En consecuencia, cada ciclo de Investigación-acción contribuye al fondo común del aprendizaje organizativo, alimentando la mejora continua.
Reflexión: El proceso de pensar detenidamente sobre un tema o una acción con fines de aprendizaje y crecimiento.
En resumen, al adoptar la Investigación-Acción en la empresa, preparas el camino para una organización resistente, centrada en el aprendizaje, ágil y equipada para gestionar los cambios con eficacia y eficiencia. Mediante este proceso continuo de planificación, actuación y reflexión, el Ciclo de Investigación-acción fomenta un entorno de evolución y mejora continuas.
Investigación-acción - Puntos clave
- Definición y ciclo de la Investigación-acción: La Investigación-Acción es un proceso cíclico que incluye cuatro pasos: Observación, Reflexión, Planificación y Acción. El objetivo principal de este proceso es comprender el estado actual y, a partir de ahí, iniciar acciones y mejoras. La naturaleza cíclica permite la evaluación y el perfeccionamiento continuos.
- Modelo de Investigación-Acción: Se compone de un proceso cíclico y una metodología científica, lo que garantiza que la investigación se adhiere a la validez, la fiabilidad y la generalizabilidad. La validez garantiza la exactitud e importancia de los datos, la fiabilidad se refiere a su coherencia, y la generalizabilidad aborda la aplicabilidad de las conclusiones a entornos más amplios.
- Investigación Acción Participativa: Este tipo de Investigación-Acción implica a los participantes en el estudio, no sólo como sujetos, sino también como colaboradores en el proceso de investigación. Desempeñan un papel activo en la definición de los problemas, la decisión sobre los métodos y la aplicación de las soluciones. Se solapa con la Investigación-Acción especialmente en el principio de implicar en el proceso de indagación a las personas afectadas por el cambio.
- Tres tipos de Investigación-Acción: La Investigación Acción Colaborativa se centra en el trabajo en equipo y el esfuerzo conjunto para investigar una cuestión común. La Investigación Acción en el Aula es un enfoque específico utilizado en entornos educativos para mejorar la práctica dentro del aula. La Investigación Acción Participativa fomenta la participación activa de las partes interesadas y es especialmente útil en contextos de desarrollo comunitario o trabajo social.
- Metodología de Investigación Acción en la Empresa: Las empresas de diversos sectores pueden utilizar la Investigación-Acción para descubrir ideas y aplicar cambios impactantes. Por ejemplo, una tienda minorista podría utilizar la metodología para mejorar la gestión del inventario. Una empresa manufacturera podría utilizarla para abordar los problemas de productividad de los empleados. La naturaleza cíclica del modelo de Investigación-acción permite a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios y fomenta una cultura de aprendizaje y mejora continua.
Aprende con 15 tarjetas de Investigación-Acción en la aplicación StudySmarter gratis
¿Ya tienes una cuenta? Iniciar sesión
Preguntas frecuentes sobre Investigación-Acción
Acerca de StudySmarter
StudySmarter es una compañía de tecnología educativa reconocida a nivel mundial, que ofrece una plataforma de aprendizaje integral diseñada para estudiantes de todas las edades y niveles educativos. Nuestra plataforma proporciona apoyo en el aprendizaje para una amplia gama de asignaturas, incluidas las STEM, Ciencias Sociales e Idiomas, y también ayuda a los estudiantes a dominar con éxito diversos exámenes y pruebas en todo el mundo, como GCSE, A Level, SAT, ACT, Abitur y más. Ofrecemos una extensa biblioteca de materiales de aprendizaje, incluidas tarjetas didácticas interactivas, soluciones completas de libros de texto y explicaciones detalladas. La tecnología avanzada y las herramientas que proporcionamos ayudan a los estudiantes a crear sus propios materiales de aprendizaje. El contenido de StudySmarter no solo es verificado por expertos, sino que también se actualiza regularmente para garantizar su precisión y relevancia.
Aprende más