Ecología Profunda

Principios de la ecología profunda

Para ayudar a que el concepto de ecología profunda fuera más digerible y accesible para todos, en 1984, Arne Naess, junto con sus colegas ecologistas profundos Bill Devall y George Session, desarrollaron ocho principios fundamentales de la ecología profunda. A menudo se hace referencia a ellos como los ocho principios de la ecología profunda. Son el valor intrínseco, la diversidad, las necesidades vitales, la población, la interferencia humana, los cambios políticos, la calidad de vida y la obligación de actuar.

Fig. 1 - Una imagen que simboliza la protección del medio ambiente de la Tierra

Valor intrínseco

Este principio subraya que todas las cosas del ecosistema tienen valor, sean humanas o animales, vivas o no vivas. En otras palabras, el bienestar y la conservación de la vida no humana tienen valor independientemente de su utilidad para los humanos.

Diversidad

La riqueza y diversidad de todas las formas de vida ayudan a los seres humanos a comprender estos valores y que también son valores en sí mismos. Este principio sostiene que la diversidad puede surgir de la comprensión humana del valor de la vida no humana.

Necesidades vitales

Este principio postula que los seres humanos no tienen derecho a reducir la diversidad de la vida no humana salvo en los casos en que satisfaga necesidades humanas vitales. Por ejemplo, en la ecología profunda la cría y el consumo de carne son incorrectos, ya que alteran la diversidad de los animales y no son vitales para la supervivencia humana. La ecología profunda reconoce el hecho irrefutable de que los seres humanos ya han causado daños a la naturaleza hasta un estado casi irreversible. Sin embargo, que el daño ya se haya producido no significa que deba continuar. Más bien deberíamos trabajar para reparar el daño y detener los procesos que continúan este daño, como los efectos de los combustibles fósiles en el medio ambiente.

Población

Para prosperar, tanto los humanos como los no humanos necesitan una disminución sustancial de la población humana. Esto enlaza con el principio de sostenibilidad, que se refiere a la capacidad de un sistema para perdurar y mantener su salud de forma continuada en diversos ámbitos de la vida sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Para que los organismos vivos y no vivos sigan floreciendo y prosperando, la población humana no debe seguir creciendo y expandiéndose tan rápidamente como lo ha hecho, ya que esto tiene un efecto perjudicial en todos los ámbitos del ecosistema.

Interferencia humana

Este principio sostiene que la interferencia humana en el mundo natural ya ha alcanzado niveles peligrosos y que las cosas no hacen más que empeorar.

Cambios políticos

Deben promulgarse políticas que aborden las estructuras económicas, tecnológicas e ideológicas actuales. En otras palabras, para alcanzar los objetivos de la ecología profunda, debe producirse una reestructuración fundamental de la sociedad en consonancia con los ideales ecologistas profundos.

Calidad de vida

El cambio ideológico mencionado en el sexto principio debe centrarse en una valoración global de la calidad de vida, en lugar de adherirse a un nivel de vida cada vez más elevado. Esto se debe a que el mayor nivel de vida posible para un organismo puede conducir a una mala calidad de vida para otros. Por ejemplo, los seres humanos han intentado aumentar su nivel de vida, lo que ha tenido efectos adversos en todos los demás organismos y ha contribuido activamente al cambio climático.

Obligación de actuar

Quienes suscriben los principios anteriores tienen la obligación de contribuir a hacerlos avanzar y de poner en práctica los cambios que deben realizarse en favor de la ecología profunda.

Ejemplos de ecología profunda

La ecología profunda tiene una serie de objetivos principales, como el control de la población, la democracia viva y las economías vivas. Echemos un vistazo a estos objetivos, así como a algunos ejemplos de ecología profunda.

Importancia de la ecología profunda

La importancia de la ecología profunda radica en su rechazo del antropocentrismo, que se refiere a los enfoques centrados en el ser humano. Según los ecologistas profundos, la ecología y el antropocentrismo son opuestos. Dentro de la ecología profunda, la naturaleza se considera una fuente de moralidad y de bien. Por tanto, la naturaleza tiene un valor intrínseco. El valor intrínseco se refiere al valor y la importancia que una entidad tiene en sí misma. Esto significa que la naturaleza no debe verse bajo una luz antropocéntrica o centrada en el ser humano. Hacer que el valor de la naturaleza dependa de su utilidad para los humanos va en contra de las creencias de la ecología profunda.

Fig. 2 - Comparación entre antropocentrismo y ecocentrismo

Ecología profunda y ecofeminismo

Ecofeminismo es un movimiento que aborda tanto las preocupaciones ecologistas como las feministas, por considerar que ambas son el resultado de la dominación social por parte de los hombres. Existen muchas similitudes entre el ecofeminismo y la ecología profunda. Estas similitudes incluyen centrarse en la relación entre los seres humanos y la naturaleza y criticar la relación existente entre los seres humanos y la naturaleza.

La ecología profunda tiende a tener una perspectiva centrada en los hombres, ya que muchas de sus principales voces son hombres. Los ecologistas profundos culpan a la humanidad de la degradación de la naturaleza, pues consideran que el enfoque antropocéntrico de la humanidad es el principal problema. Las ecofeministas, en cambio, consideran que el androcentrismo es la raíz de los problemas medioambientales. El androcentrismo se refiere a la dominación centrada en el hombre en los análisis y las perspectivas. Sin embargo, desde la perspectiva ecofeminista, el patriarcado y la dominación injusta son los problemas. Las ecofeministas sostienen que la injusticia medioambiental sólo puede abordarse adecuadamente una vez resuelta la injusticia humana. Las ecofeministas sostienen que una ética medioambiental debe desarrollarse a partir de una ética más amplia que se centre en primer lugar en la justicia.

Además, las ecofeministas consideran inadecuada la igualdad profunda porque no reconoce que la dominación de la naturaleza por los seres humanos se produce en un marco opresivo y patriarcal. Sin embargo, las ecologistas profundas critican los objetivos del ecofeminismo, argumentando que estos objetivos están distorsionados debido a que se centran en el poder y la dominación en términos de sexo, junto con el hecho de que el movimiento ecofeminista tiene dificultades para lograr una voz unificada debido al deseo del movimiento de ser inclusivo.

Fig. 3 - Símbolo del Ecofeminismo

Ecología Profunda vs Ecología Superficial

La ecología profunda suele contraponerse a la ecología superficial (también un término acuñado por Arne Naess) para distinguir entre las visiones de Naess sobre el ecologismo y los puntos de vista existentes. Tanto la ecología profunda como la ecología superficial son perspectivas ecológicas dentro del ecologismo. Sin embargo, los principios de ambos conceptos se oponen entre sí. El cuadro siguiente muestra por qué la ecología profunda y la ecología superficial tienen diferencias irreconciliables.

Críticas a la ecología profunda

Algunos aspectos de la ecología profunda han sido objeto de críticas. Por ejemplo, el llamamiento de la ecología profunda al control de la población humana es considerado por algunos dentro del campo de la ecología como demasiado radical y perjudicial para la población mundial. Algunos críticos han llegado a afirmar que la idea del control de la población es incluso misantrópica.

Otra crítica a los ecologistas profundos es su pretensión de comprender los intereses de los organismos no humanos. Los críticos sostienen que los intereses que los ecologistas profundos asignan a la naturaleza (crecimiento y supervivencia) son en realidad sólo intereses humanos.

Por último, losecologistas sociales, muchos de los cuales creen que las crisis medioambientales están estrechamente entrelazadas con la interacción social humana, sostienen que la ecología profunda no vincula estas crisis medioambientales con cosas como el autoritarismo y la jerarquía.