Nacionalismo cívico

Nacionalismo Cívico y Nacionalismo Liberal

La mayoría de los politólogos consideran que el nacionalismo cívico es una forma de Nacionalismo Liberal, y de hecho esta idea de la nación cívica es fundamental en el Nacionalismo Liberal.

El Nacionalismo Liberal es una ideología política más amplia que se centra en aplicar los principios del Individualismo y la Autodeterminación al Nacionalismo. Esto significa que los Nacionalistas Liberales creen que todas las naciones deben tener derecho a formar sus propios Estados-nación y a gobernarse a sí mismas, y deben respetar la soberanía de los demás Estados-nación.

Sin embargo, el Nacionalismo Liberal también se basa en el Nacionalismo Cívico y, como tal, cree en la nación cívica y en las ideas de una sociedad basada en valores cívicos compartidos más que en la etnia. Pero los Nacionalistas Cívicos no están necesariamente de acuerdo con las otras partes del Nacionalismo Liberal.

Nacionalismo cívico frente a nacionalismo étnico

El nacionalismo cívico y el nacionalismo étnico suelen compararse y contrastarse entre sí. Esto se debe principalmente a que el nacionalismo étnico se considera una forma exclusiva de nacionalismo, mientras que el nacionalismo cívico es inclusivo.

El nacionalismo étnico no se centra en valores elegidos, sino en valores preexistentes, como una identidad étnica. Es en esta etnia y experiencia compartidas en lo que debe basarse una nación y su gobierno. El nacionalismo étnico tiende a crear una distinción "nosotros contra ellos". Puedes ver todas las diferencias en la tabla siguiente.

A menudo se considera al filósofo alemán Johann Herder (1773-1803) como el "padre" del nacionalismo étnico, ya que creía que cada nación tiene sus propias tradiciones, historia y encanto, lo que hace que todas las naciones sean únicas. Por tanto, el nacionalismo consiste en defender estos valores tradicionales compartidos, en lugar de crear valores más universales o genéricos que no estén arraigados en una historia compartida.

Nacionalismo cívico - Países

En la actualidad, muchos países se basan en los valores del nacionalismo cívico. A continuación analizamos los ejemplos de Canadá, Brasil y EEUU.

Canadá es una nación basada en el nacionalismo cívico. Los canadienses aceptan voluntariamente acatar las leyes canadienses cuando se les concede la ciudadanía. Canadá también se basa en una Constitución, que es el conjunto supremo de leyes de Canadá que describe los derechos y libertades de los ciudadanos canadienses. Canadá es una sociedad multicultural y multiétnica. De hecho, algunas regiones de Canadá hablan lenguas diferentes, como la francófona Quebec. Sin embargo, esto no significa que no puedan considerarse ciudadanos canadienses.

Brasil se independizó de Portugal en 1822. Como resultado de la colonización y la esclavitud, Brasil tenía muchos grupos étnicos, culturas y religiones, por lo que la homogeneidad en esos ámbitos era imposible. Por ello, para establecerse como un Estado-nación coherente, Brasil se fundó sobre el nacionalismo civil.

EEUU es una nación basada en el nacionalismo cívico. Se puede ser ciudadano de EEUU independientemente de la etnia o la religión; hay americanos latinos, americanos irlandeses, americanos africanos y varios otros americanos. Los propios EEUU se fundaron sobre la inmigración. Para ser estadounidense, hay que defender los valores cívicos de EEUU, que incluyen respetar la ley y la constitución. La participación en una nación cívica es voluntaria; los que quieren ser estadounidenses en su solicitud para ser ciudadanos aceptan cumplir las leyes.

Nacionalismo cívico - Ejemplo

El nacionalismo cívico no es sólo algo que pueda verse en términos de normas estatales sobre ciudadanía; también podemos ver los valores nacionalistas cívicos reflejados en los partidos políticos.

Un ejemplo de ello en el Reino Unido es el Partido Nacional Escocés (SNP), un partido autodenominado nacionalista cívico. A primera vista, se podría suponer que el SNP es un partido nacionalista étnico debido a su deseo de independencia de Escocia de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. Sin embargo, el SNP no busca la independencia por motivos étnicos, ya que en Escocia residen muchos grupos étnicos. Sin embargo, el SNP sí busca la capacidad de que Escocia sea gobernada basándose en la soberanía popular de quienes viven en la sociedad escocesa y se identifican como escoceses para resistirse al gobierno de un Partido Conservador que se considera cada vez más un partido étnico inglés frente a un partido nacionalista cívico del Reino Unido.

Fi. 1 Eslogan del Partido Nacionalista Escocés

Historia del nacionalismo cívico

Antes de la aparición del nacionalismo cívico, el nacionalismo, sobre todo en Europa, se asociaba al origen étnico de las personas. Aquellos con una etnia o cultura compartida se convirtieron en una nación colectiva que estableció estados-nación en los que el sentido de pertenencia estaba ligado a la etnia.

En estos estados-nación, no había necesidad de ofrecerse o comprar activamente la propia ciudadanía, pues las características etnolingüísticas ya lo predeterminaban. Sin embargo, esta idea de lo que constituye la base de los estados-nación empezó a cambiar en el periodo de la Ilustración, cuando muchos pensadores empezaron a cuestionar la necesidad de la etnicidad para determinar la condición de nación, además de cuestionar otros aspectos sociales como el gobierno por una monarquía hereditaria.

Fig. 2 Retrato de Jean-Jacques Rousseau

La historia del nacionalismo cívico también tiene sus raíces en la Revolución Americana de 1776. Después de que los estadounidenses ganaran la revolución y el derecho a gobernarse independientemente, la idea del nacionalismo cívico se afianzó en el tejido de EEUU mediante la creación de la Constitución estadounidense. La constitución dio lugar a un gobierno que pretendía gobernar no basándose en la monarquía hereditaria ni en la representación de un grupo etnolingüístico concreto, sino que representaba al pueblo. La constitución permitió que la ciudadanía se estableciera sobre la base de una adscripción a los valores políticos esbozados en la constitución, en contraposición a otras características.