Terceros partidos

Terceros partidos en EEUU

Los terceros partidos tienen una larga historia en Estados Unidos, que abarca desde la década de 1820 hasta la actualidad. El primer tercer partido nacional fue el Partido Antimasónico, fundado en 1826 en Nueva York. En 1931 ya había conseguido seleccionar a un candidato que lo representara en las elecciones presidenciales. Después del Partido Antimasónico, se crearon muchos más terceros partidos, como el Partido de la Tierra Libre, que se centraba en la abolición, y el Partido de la Unión Constitucional, que se formó para defender la esclavitud.

Uno de los partidos con más éxito, si no el tercer partido con más éxito, apareció en la década de 1850. Ese partido era el Partido Republicano. Se formó para adoptar una postura contraria a la esclavitud y fue ampliamente aceptado en el Norte y se le unieron algunos demócratas y gente del Partido Whig (el principal partido antes del Partido Republicano). En 1960, su candidato presidencial, Abraham Lincoln, había ganado la presidencia. Desde entonces, el Partido Republicano se convirtió y sigue siendo un partido importante en la política estadounidense.

Desafíos para los Terceros Partidos en EEUU

Los terceros partidos en Estados Unidos se enfrentan a varios retos. Uno de los mayores es el sistema de votación que se aplica en las elecciones.

Sistema en el que el ganador se lo lleva todo

EEUU tiene un sistema de votación en el que el ganador se lo lleva todo. En otras palabras, un sistema de distrito uninominal. En este sistema, los representantes se eligen dividiendo la jurisdicción en secciones, y el candidato que obtenga más votos en esa sección lo gana todo. Esto hace casi imposible que un tercer partido gane unas elecciones, ya que nunca puede reunir suficientes votos para marcar la diferencia.

Acceso a las urnas

Uno de los mayores retos para los terceros partidos son las restricciones para acceder a las papeletas electorales. Los republicanos y los demócratas se añaden automáticamente a la papeleta electoral. Por otra parte, los terceros partidos tienen que superar las restrictivas leyes electorales existentes. Por ejemplo, deben reunir firmas (la cantidad varía de un estado a otro) para poder aparecer en la papeleta electoral. Además, las campañas electorales son extremadamente caras, y los terceros partidos no suelen tener los recursos financieros necesarios para competir con los dos partidos principales.

Sesgo cultural

Los estadounidenses tienden a votar a republicanos y demócratas porque son los partidos más destacados y conocidos. Además, muchos estadounidenses tienden a considerar que votar a un tercer partido es tirar su voto porque los terceros partidos nunca ganan.

Figura 2. Ross Perot con las Fuerzas Armadas, USASOC News Service, CC-BY-2.0, Wikimedia Commons

El papel de los terceros partidos

A pesar de su falta de éxito electoral en comparación con los dos partidos principales, los terceros partidos pueden afectar y afectan a la política estadounidense de varias maneras.

Introducción de nuevas ideas

Los partidos mayoritarios adoptan muchas ideas nuevas procedentes de terceros partidos que gozan de popularidad. Por ejemplo, el Partido Nacional de la Reforma Laboral, fundado en 1872, apoyaba la jornada laboral de ocho horas. En junio de 1978, se implantó la jornada laboral de ocho horas. Otro ejemplo se produjo durante la carrera presidencial de 1992, cuando Ross Perot se presentó como independiente. Perot abogaba por equilibrar el presupuesto y reducir el déficit. Obtuvo el 19% de los votos, un logro asombroso para un candidato de un tercer partido. Debido al número de votos que recibió, su plataforma no pudo ser ignorada, y Bill Clinton, el ganador de la contienda, presentó un plan para reducir el déficit del país.

Cambiar el resultado de unas elecciones

A veces los candidatos de terceros partidos desempeñan el papel de aguafiestas.

Uno de estos casos se produjo en las elecciones presidenciales de 2000. Ralph Nader, candidato del Partido Verde, se convirtió en un aguafiestas al conseguir votos a costa del Partido Demócrata, cuyo candidato era Al Gore. Si Nader y el Partido Verde no hubieran recibido tantos votos, muy probablemente los votos habrían ido a parar a Al Gore, y el republicano George W. Bush no habría ganado las elecciones.

Tipos de Terceros Partidos

Ha habido muchos terceros partidos a lo largo de la historia de Estados Unidos. Sin embargo, los siguientes son los más destacados del siglo XX.

Figura 3. Demócratas vs Republicanos vs Terceros Partidos, StudySmarter Originals

Influencia de los terceros partidos

Muchos terceros partidos tienen un impacto duradero en la política debido a las ideas que aportan. Si hay suficiente demanda, los partidos Demócrata o Republicano adoptarán las políticas que pueda defender un tercer partido para asegurarse más votos. A continuación se dan algunos ejemplos de algunos partidos cuyas políticas han marcado la diferencia en la política estadounidense.

Partido Antimasónico

Como ya se ha dicho, el Partido Antimasónico fue el primer tercer partido, y fue el partido al que se le ocurrió celebrar convenciones para designar presidentes.

El Partido Populista

En la década de 1880, se creó el Partido Populista, que pedía jornadas laborales más cortas, un impuesto sobre la renta graduado, el voto secreto, la creación de una iniciativa y un referéndum, que fueron adoptados por el Partido Demócrata y aún se utilizan en el gobierno estadounidense actual. El Partido Populista también está detrás de la Ley de Comercio Interestatal, que regulaba los ferrocarriles, y de la Ley Sherman Antimonopolio, que reducía el poder de los monopolios.

Otros partidos

El Partido de los Trabajadores se fundó en 1828 y abogaba por la educación pública gratuita. El Partido Sindicalista apoyaba la imposición de límites al número de tierras que podían comprar los particulares y las empresas. El Partido de la Igualdad de Derechos propuso a la primera mujer candidata a la presidencia, obteniendo 4.149 votos en una época en que las mujeres no podían votar.