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Según las expectativas racionales, pedirías a tu jefe que te aumentara el sueldo, ya que haces la elección óptima con toda la información disponible. Pero, ¿ocurre esto con todo el mundo? ¿Qué son las expectativas racionales y cómo influyen en nuestra economía?
¡Descubrirás la respuesta a estas preguntas y a muchas más al llegar al final de este artículo!
Definición de expectativas racionales
Antes de entrar en la definición de las expectativas racionales, ¡empecemos con un poco de historia!
En los años 70, un concepto conocido como expectativas racionales ejerció una gran influencia en el campo de la macroeconomía. John Muth presentó por primera vez la teoría de las expectativas racionales en 1961.1
Las expectativasracionales significan que los agentes económicos toman decisiones óptimas utilizando toda la información de que disponen.
Cuando empleados y empresarios negocian contratos salariales a largo plazo, por ejemplo, deben tener en cuenta la tasa de inflación prevista a lo largo de la duración del contrato. Según la teoría de las expectativas racionales, a la hora de estimar las tasas de inflación futuras, los agentes económicos no sólo se fijarán en las tasas de inflación anteriores, sino que también tendrán en cuenta la información de que disponen actualmente sobre las políticas monetaria y fiscal.
Imagina por un momento que los precios no subieron durante el año anterior, pero que las políticas monetaria y fiscal que han revelado los responsables políticos han dejado muy claro que habría una inflación significativa durante los próximos años.
Aunque los precios no hayan subido todavía, es razonable suponer que los contratos salariales a largo plazo se revisarán hoy para tener en cuenta esta inflación futura. Esto se debe a que los trabajadores exigirán su elección óptima basándose en toda la información disponible que tengan a mano.
Las expectativas racionales y el mercado de valores
Se considera que una aplicación importante de las expectativas racionales se da en el mercado de valores. Los inversores comprarán acciones en las que prevean un rendimiento superior a la media del mercado, mientras que venderán acciones en las que esperen rendimientos inferiores a la media del mercado.
Cuando los inversores hacen esto, los precios de las acciones de las que prevén rendimientos superiores a la media suben, mientras que los precios de las acciones de las que prevén rendimientos inferiores a la media bajan.
Los precios de las acciones seguirán ajustándose hasta que los rendimientos esperados, tras considerar el nivel de riesgo asociado a cada acción, sean equivalentes.
Teoría de las expectativas racionales
La teoría de las expectativas racionales comenzó cuando John Keynes argumentó que las expectativas que los individuos tienen sobre el futuro eran capaces de influir en la economía. Es decir, que las personas ajustaban sus decisiones económicas en función de cómo esperaban que fuera el futuro de la economía, lo que, a su vez, afectaba al estado de la economía en ese momento.
Las ideas y argumentos de Keynes fueron desarrollados en lo que hoy se conoce como teoría de las expectativas racionales por John F. Muth en 1961.
Según la teoría de las expectativas racionales, las expectativas de las personas sobre el futuro de la economía pueden influir en el estado de la economía en el presente.
Un ejemplo de expectativas futuras que afectan al estado actual de la economía es cuando los trabajadores esperan tasas de inflación más altas en los periodos futuros. Como consecuencia, exigen salarios más altos para compensar la pérdida de poder adquisitivo en el futuro. El aumento salarial provoca entonces un aumento del coste de producción, lo que lleva a un aumento de los precios.
Expectativas racionales Política monetaria
Las expectativas racionales desempeñan un papel importante a la hora de considerar los efectos de la política monetaria. Aceptar el supuesto de las expectativas racionales puede provocar cambios considerables en las percepciones sobre la eficacia de una política macroeconómica agresiva.
Las teorías anteriores, como la hipótesis de la tasa natural, sugieren que el gobierno puede influir en variables económicas reales como la producción total producida y la tasa de desempleo de la economía, al menos a corto plazo.
Por otra parte, las expectativas racionales aportan otro punto de vista sobre la política monetaria. Las expectativas racionales sugieren que la política monetaria no influye en variables reales como la producción total producida o la tasa de desempleo.
Esto se debe a que los individuos exigirán salarios más altos inmediatamente cuando esperen un aumento de la inflación, lo que aumentaría el coste de producción y el nivel de precios. Además, el aumento de los salarios no contribuiría a reducir el desempleo debido al aumento de los costes de producción.
Según las expectativas racionales, no existe un efecto a corto o largo plazo de las políticas monetarias sobre variables reales como el PIB o la tasa de paro. Más bien, hay un impacto exclusivo sobre el nivel de precios de la economía.
Equilibrio de expectativas racionales
Podemos utilizar el marco del modelo AD-AS para comprender el equilibrio de expectativas racionales.
Tenemos una explicación detallada del modelo AD-AS. ¡No dudes en consultarla!
El modelo AD-AS es un modelo económico que muestra la relación entre el nivel de precios y la producción real producida en la economía.
Hemos considerado el hecho de que las expectativas racionales implican que la política macroeconómica no afecta a variables reales como el PIB o el desempleo. Sin embargo, sí influyen en variables nominales como el nivel de precios.
Las expectativas racionales implican que las personas toman decisiones óptimas basándose en toda la información que tienen a mano.
Echa un vistazo a la Figura 1.
La figura 1 muestra la economía en equilibrio en el punto 1, donde se cruzan la demanda agregada (AD1), la oferta agregada a corto plazo (OECP1) y la oferta agregada a largo plazo (OAPL). En el punto 1 de equilibrio, hay un nivel Y1 de bienes y servicios producidos, y el nivel general de precios está en P1.
Supongamos ahora que la Reserva Federal decide aplicar una política monetaria expansiva. Para ello, decide bajar el tipo de descuento. Esto reduce el tipo de interés en la economía, haciendo que pedir dinero prestado sea más barato. Como consecuencia, aumenta el consumo, lo que desplaza la curva de demanda agregada hacia la derecha (de AD1 a AD2). Esto contribuye a un aumento del nivel de precios (de P1 a P2), y la producción aumenta de Y1 a Y2.
Sin embargo, debido al supuesto de las expectativas racionales, cuando los individuos se enteren de que habrá una política monetaria expansiva y una mayor inflación, exigirán salarios más altos. El aumento de los salarios incrementa los costes de producción de las empresas, lo que provoca un desplazamiento a la izquierda de la oferta agregada a corto plazo de la SRAS1 a la SRAS2. Esto lleva el equilibrio al punto 3, donde hay un mayor nivel de precios (inflación), y la producción permanece igual.
Aunque hemos mostrado un ajuste del equilibrio paso a paso, debido a las expectativas racionales, el equilibrio va directamente del punto 1 al punto 3 en lugar del punto 2. Como resultado de las expectativas racionales, no se produce ningún cambio a corto ni a largo plazo en la producción global.
Expectativas racionales frente a expectativas adaptativas
Para entender las expectativas racionales frente a las expectativas adaptativas, consideremos el significado de las expectativas adaptativas.
Las expectativasadaptativas significan que los agentes económicos hacen expectativas sobre los resultados futuros basándose en los resultados de acontecimientos similares que han ocurrido en el pasado.
La principal diferencia entre las expectativas racionales y las expectativas adaptativas es que las expectativas adaptativas hacen uso de la información histórica o del periodo anterior. En cambio, las expectativas racionales utilizan toda la información disponible, pasada y presente, para tomar una decisión.
Predecir la inflación es posible con la ayuda de las expectativas adaptativas. La gente suele anticipar una mayor tasa de inflación en el año siguiente a aquel en el que se produjo un aumento del nivel general de inflación.
Cuando existe una discrepancia entre lo que la gente prevé que ocurrirá y lo que efectivamente ocurre, las expectativas de esa gente sobre una variable determinada cambiarán. Por otra parte, si lo que esperaban resultara ser exacto, es poco probable que ajustaran sus expectativas en el futuro. Las expectativas adaptativas requieren que los individuos actualicen sus expectativas a medida que pasa cada periodo.
Expectativas racionales - Puntos clave
- Las expectativasracionales implican que los agentes económicos toman decisiones óptimas utilizando toda la información de que disponen.
- Según las expectativas racionales
- las expectativas económicas actuales de las personas pueden influir en la situación futura de la economía;
- no existe un efecto a corto o largo plazo de las políticas monetarias sobre variables reales como el PIB o la tasa de paro.
- Las expectativasadaptativas significan que los agentes económicos hacen expectativas sobre los resultados futuros basándose en los resultados de acontecimientos similares que han ocurrido en el pasado.
- La principal diferencia entre las expectativas racionales y las expectativas adaptativas es que las expectativas racionales hacen uso de toda la información disponible, pasada y presente.
Referencias
- John F. Muth, Las expectativas racionales y la teoría de los movimientos de precios, https://www.parisschoolofeconomics.eu/docs/guesnerie-roger/muth61.pdf
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