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Comprender el Concepto: Soluciones Públicas a las Externalidades
En el contexto de la microeconomía, las externalidades surgen cuando las acciones de una parte influyen en el bienestar de otras, pero los costes o beneficios externos no se reflejan en el precio de mercado. En esencia, esto significa que alguien distinto del responsable de la toma de decisiones soporta el coste o recibe el beneficio de una actividad económica. Cuando esto ocurre, el resultado del mercado puede ser ineficaz, provocando un fallo del mercado. Sin embargo, existen soluciones públicas que pueden abordar estas externalidades y restablecer la eficiencia.
Definición de las soluciones públicas a las externalidades
Las soluciones públicas a las externalidades se refieren a las medidas adoptadas por el gobierno o los organismos públicos para corregir las ineficiencias del mercado causadas por las externalidades. Estas soluciones pueden adoptar diversas formas y suelen estar diseñadas para alinear los incentivos privados con la eficiencia social. Para que esto quede más claro, desglosémoslo un poco más.
Los incentivos privados se refieren a los beneficios o costes que afectan directamente a un individuo o empresa que participa en una actividad económica. En cambio, la eficiencia social tiene en cuenta tanto los costes como los beneficios privados y externos implicados en dicha actividad. Cuando existen externalidades, los incentivos privados y la eficiencia social pueden divergir, dando lugar a ineficiencias del mercado.
Las soluciones públicas habituales a las externalidades incluyen
- Impuestos y subvenciones
- Regulación
- Creación de mercados
Visión general de la teoría de las externalidades
La teoría de las externalidades se basa en la premisa de que los mercados pueden fallar cuando los costes y beneficios sociales completos no se reflejan en los precios de mercado. Si el responsable de la toma de decisiones sólo tiene en cuenta sus propios costes y beneficios privados, tomará decisiones que pueden no ajustarse a la eficiencia social.
Una externalidad negativa surge cuando el coste de una actividad económica se desborda y afecta a terceros que no participan directamente en la actividad. Por ejemplo, la contaminación de una fábrica puede destruir un río cercano, imponiendo costes a los pescadores que no tienen relación directa con la fábrica.
Supongamos que una fábrica de papel vierte residuos en un río, matando a los peces y reduciendo los ingresos de los pescadores río abajo. El coste de la contaminación no lo soporta la fábrica, sino los pescadores y la sociedad en general. Se trata de una externalidad negativa. Si la fábrica de papel tuviera que contabilizar el coste externo que impone a los demás, produciría menos residuos, alineando los costes y beneficios privados con la eficiencia social.
En cambio, existe una externalidad positiva cuando terceros reciben un beneficio de una actividad económica en la que no han participado directamente. Por ejemplo, las abejas de un apicultor podrían polinizar un manzanar vecino, ayudando a la producción de manzanas sin ningún coste directo para el propietario del manzanar.
Externalidades negativas | Externalidades positivas |
Contaminación de las fábricas | Polinización por abejas de un apicultor vecino |
Ruido de las actividades de construcción | Mejora de la alfabetización gracias a las clases particulares de un miembro de la comunidad |
Costes sanitarios derivados del tabaquismo pasivo | Mejora de la salud de la comunidad gracias a las actividades regulares de limpieza de un residente |
Comprender la teoría de las externalidades y las soluciones públicas a las mismas es crucial para crear políticas que promuevan la eficiencia social. Los responsables políticos pueden utilizar herramientas como los impuestos, las subvenciones, la regulación y la creación de mercados para realinear los incentivos privados con la eficiencia social y abordar las externalidades.
La importancia de las soluciones públicas a las externalidades negativas
Las externalidades negativas plantean un reto importante a la economía de mercado, pues conducen a escenarios en los que las transacciones de mercado causan daños a terceros. Estas partes externas soportan los costes, que no se tienen en cuenta en el precio de mercado, lo que da lugar a la ineficacia del mercado. Sin un mecanismo para gestionar estas externalidades negativas, la sociedad puede enfrentarse a numerosos retos, como la degradación medioambiental, los peligros para la salud pública y la desigualdad económica. Por tanto, las soluciones públicas a las externalidades negativas tienen una importancia capital para garantizar una economía sana, la justicia social y la sostenibilidad.
Soluciones públicas a las externalidades negativas: Qué significan
Las soluciones públicas a las externalidades negativas representan intervenciones dirigidas por el gobierno con el objetivo de corregir las ineficiencias del mercado e internalizar los costes externos asociados. Estas soluciones utilizan principalmente instrumentos reguladores y económicos para estimular el cambio de comportamiento hacia resultados socialmente deseables.
Los instrumentos reguladores, o enfoques de mando y control, son métodos tradicionales de regulación, que imponen normas o límites específicos para controlar los comportamientos que provocan externalidades negativas.
Los instrumentos económicos, también conocidos como instrumentos de mercado, pretenden modificar el comportamiento mediante señales de precio, como los impuestos y las subvenciones, o mediante señales de cantidad, como los permisos negociables.
Tomemos, por ejemplo, la fórmula para minimizar el coste social, denotada como \( SC = PC + EC \), donde \( SC \) es el coste social, \( PC \) es el coste privado, y \( EC \) es el coste externo. Si se tiene en cuenta el \( EC \) en la elaboración de políticas, las intervenciones gubernamentales pueden garantizar que se minimice el coste social \( SC \), mitigando el impacto de las externalidades negativas.
Ejemplos de soluciones públicas reales a las externalidades negativas
Hay varios ejemplos de cómo se han adoptado estas estrategias para frenar las externalidades negativas. Algunos de ellos han sido significativos para transformar comportamientos, mejorar la sostenibilidad y reducir el daño causado por las externalidades negativas.
- Impuesto sobre el carbono: Para frenar las emisiones de carbono, varios gobiernos han recurrido a los impuestos sobre el carbono, cobrando a las empresas por cada tonelada de gas de efecto invernadero emitida. Este instrumento económico incentiva a las empresas a reducir su huella de carbono para evitar este coste.
- Sistemas de comercio de derechos de emisión: Un sistema de comercio de derechos de emisión con fijación previa de límites máximos, también conocido como comercio de derechos de emisión, establece un límite a las emisiones y permite a las empresas comprar y vender permisos de emisión. Este planteamiento ofrece incentivos económicos para reducir las emisiones y fomenta el desarrollo y la adopción de tecnologías menos contaminantes.
Medidas de control de la contaminación
Las medidas de control de la contaminación sirven como soluciones públicas vitales para mitigar los efectos adversos para la salud y el medio ambiente asociados a la contaminación del aire, el agua y el suelo. Los gobiernos suelen adoptar una combinación de herramientas normativas y económicas para controlar eficazmente la contaminación.
Por ejemplo, en la Unión Europea, las estrictas normas sobre emisiones regulan el nivel de contaminantes que pueden emitir los vehículos y las plantas industriales. Se imponen multas o sanciones por incumplimiento, que actúan como elemento disuasorio. Simultáneamente, el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) permite a las industrias con menores emisiones vender sus permisos de emisión no utilizados a las que superan sus derechos.
Estrategias de gestión de residuos
Las estrategias eficaces de gestión de residuos son fundamentales para reducir la carga medioambiental de la eliminación de residuos, que se manifiesta como contaminación del suelo, contaminación del agua y gases nocivos liberados a la atmósfera. En este caso, los gobiernos suelen emplear medidas reguladoras e incentivos económicos para fomentar la reducción de residuos, el reciclaje y la eliminación adecuada de los mismos.
Por ejemplo, un impuesto sobre el volumen de residuos enviados a los vertederos fomenta la reducción de residuos y el reciclaje, reduciendo el impacto medioambiental de la eliminación de residuos. Mientras tanto, la normativa puede exigir a las empresas que cumplan determinadas normas de eliminación de residuos, imponiendo multas en caso de incumplimiento.
La búsqueda de la gestión de las externalidades negativas depende del desarrollo de la comprensión de las soluciones públicas y su aplicación en contextos del mundo real. Es una parte clave de la ambición más amplia de abordar los retos sociales y medioambientales, promoviendo la sostenibilidad y la equidad en nuestras sociedades.
Navegar por las soluciones públicas a las externalidades positivas
En el estudio de la microeconomía, las externalidades positivas son beneficios que reciben terceros de transacciones económicas en las que no han participado directamente. Estos beneficios representan la ganancia adicional para la sociedad por encima de los beneficios privados cosechados por los individuos implicados. Sin embargo, las externalidades positivas suelen provocar desequilibrios o fallos en el mercado, porque el beneficio para la sociedad supera el beneficio privado, de ahí que las actividades que generan externalidades positivas tiendan a ser infradotadas o infrautilizadas. Aquí es donde intervienen las soluciones públicas a las externalidades positivas para garantizar que estas actividades se promueven adecuadamente para el bien de la sociedad.
Soluciones públicas a las externalidades positivas: Una mirada detallada
Las soluciones públicas a las externalidades positivas implican esencialmente intervenciones, a menudo por parte de entidades gubernamentales, que pretenden estimular más la actividad o el consumo que produce la externalidad positiva. Estas intervenciones pueden adoptar múltiples formas, como la producción directa o el suministro del bien o servicio causante de la externalidad positiva, las subvenciones para fomentar una mayor producción o consumo, o la regulación para imponer determinados comportamientos. La consecuencia prevista es alinear los incentivos privados con el nivel óptimo de la sociedad, consiguiendo la eficiencia económica.
Esta lógica puede captarse matemáticamente mediante la fórmula de los beneficios sociales:
\(SB = PB + EB\)
donde \( SB \) son los beneficios sociales, \( PB \) son los beneficios privados y \( EB \) son los beneficios externos. Cuando se tiene en cuenta \( EB \), el beneficio para el público, se produce y consume más cantidad del bien, lo que conduce a un aumento del bienestar social.
Profundicemos en estos mecanismos:
- Provisión directa: El gobierno podría optar por proporcionar directamente bienes o servicios que generen externalidades positivas, como clínicas de salud pública, escuelas o parques.
- Subvenciones: Las subvenciones reducen el coste de la producción o el consumo, lo que a su vez fomenta una mayor realización de la actividad. Por ejemplo, el gobierno podría subvencionar las vacunaciones debido a sus efectos indirectos positivos sobre la salud pública.
- Regulación: Las medidas reguladoras, como las leyes o los mandatos, pueden garantizar que se produzcan actividades con externalidades positivas. Las leyes de educación obligatoria, por ejemplo, garantizan la escolarización de más niños de lo que sería el caso en otras circunstancias.
Ejemplos esclarecedores de soluciones públicas a las externalidades positivas
En el mundo real, los ejemplos de soluciones públicas a las externalidades positivas son numerosos y abarcan diversos sectores. He aquí un par de ejemplos esclarecedores:
- Programas públicos de vacunación: Los gobiernos de todo el mundo ofrecen programas de vacunación gratuitos o subvencionados debido a las externalidades abrumadoramente positivas que generan en términos de reducción de la propagación de enfermedades e inmunidad de rebaño.
- Reverdecimiento de los desiertos: En las zonas propensas a la desertificación, son habituales los proyectos de reverdecimiento respaldados por los gobiernos. Al plantar plantas resistentes al desierto, se detienen los procesos de desertificación, lo que proporciona importantes externalidades positivas, como la mejora de la fertilidad del suelo, la regulación del clima y la biodiversidad.
Programas de educación pública y salud
La educación pública representa una importante externalidad positiva. Los niveles más altos de educación en una población conducen al crecimiento económico, a una mayor participación cívica e incluso a la reducción de la delincuencia. Por ello, la mayoría de los gobiernos realizan grandes inversiones en los sistemas de educación pública, desde la escuela primaria hasta los centros de enseñanza superior. Algunos también ofrecen subvenciones a la educación, becas o programas de préstamos estudiantiles para animar a más estudiantes a cursar estudios superiores.
Losprogramas de sanidad pública, por otra parte, aportan grandes externalidades positivas en términos de salud general de la sociedad. Estos programas van desde campañas de vacunación gratuitas o subvencionadas, iniciativas de concienciación y detección de enfermedades hasta asistencia sanitaria y medicamentos subvencionados para los segmentos vulnerables de la sociedad, entre muchos otros. La sanidad pública gestionada también conlleva una menor propagación de enfermedades transmisibles, una reducción de los costes sanitarios a largo plazo y una mejora de la productividad, ya que una población más sana se traduce en una mano de obra más eficiente.
Proyectos de desarrollo de infraestructuras
Los proyectos de desarrollo deinfraestructuras, como la construcción de carreteras, puentes, sistemas ferroviarios y redes de electricidad y agua, también generan considerables externalidades positivas. Una red de transportes bien desarrollada facilita los desplazamientos, potencia el comercio y mejora la accesibilidad a los servicios, impulsando así las actividades económicas. A su vez, unos sistemas de servicios públicos fiables contribuyen a mejorar el nivel de vida, aumentar la productividad y el desarrollo económico.
En la práctica, los proyectos de infraestructuras suelen correr a cargo de las autoridades públicas, debido a los elevados costes y al largo periodo de amortización que conllevan. En muchos casos, las tasas de usuario por sí solas no proporcionarían ingresos suficientes para estos proyectos, lo que hace poco atractiva la inversión del sector privado. Sin embargo, si se tienen en cuenta los amplios beneficios que estos proyectos aportan a la sociedad, el valor social total supera fácilmente el coste, lo que justifica la inversión pública.
Al comprender la mecánica y las implicaciones de las diversas soluciones públicas a las externalidades positivas, podemos apreciar las medidas proactivas necesarias para crear economías y estructuras sociales más sostenibles. Desde la práctica de imponer la educación obligatoria hasta el desarrollo de infraestructuras públicas, estas soluciones sirven como mecanismos esenciales para salvar la distancia entre los intereses privados y el bienestar de la sociedad.
Soluciones privadas y públicas a las externalidades: Un Análisis Comparativo
Al evaluar la totalidad del panorama microeconómico, es fundamental comprender cómo se abordan las externalidades, tanto positivas como negativas. Las externalidades operan más allá de las transacciones de mercado convencionales y pueden dar lugar a resultados de mercado ineficientes si no se gestionan adecuadamente. Hay dos tipos principales de soluciones orientadas a abordar estas ineficiencias: Las soluciones privadas y las soluciones públicas. Esta sección examinará estas soluciones, destacando sus matices y ofreciendo ejemplos convincentes de escenarios cotidianos.
Soluciones públicas frente a privadas: Comprender las principales diferencias
Entonces, ¿qué distingue a las soluciones públicas de las privadas cuando se trata de externalidades? Principalmente, es una cuestión de quién emprende la resolución.
Las solucionesprivadas implican que particulares o entidades privadas tomen medidas para negociar y resolver el problema de la externalidad. Estas soluciones suelen basarse en el concepto de que las partes implicadas en la transacción deben tener libertad para negociar los resultados que prefieran.
En cambio, las soluciones públicas suelen implicar la intervención del gobierno para corregir las ineficiencias del mercado derivadas de la externalidad. Estas intervenciones pueden adoptar numerosas formas, como la legislación, la regulación, los incentivos fiscales, los programas de subvenciones o incluso el suministro directo de bienes y servicios.
La ventaja comparativa de una u otra solución puede debatirse ampliamente y suele depender de las circunstancias concretas, incluida la naturaleza de la externalidad, las partes implicadas, los entornos institucionales y los valores sociales.
Ejemplos prácticos de soluciones privadas y públicas a las externalidades
Veamos algunos ejemplos prácticos que ilustran cómo funcionan las soluciones privadas y públicas a las externalidades en situaciones del mundo real.
- Contaminación acústica: Supongamos que una fábrica causa contaminación acústica que afecta a los residentes locales. Una solución privada podría consistir en que los residentes y el propietario de la fábrica negociaran un compromiso, tal vez la fábrica reduzca sus niveles de ruido y los residentes acepten una pequeña cantidad de ruido. Sin embargo, una solución pública podría ser que el gobierno local aprobara una ordenanza de control del ruido que obligara a la fábrica a reducir sus niveles de ruido.
- Emisiones de carbono: Una empresa podría decidir reducir voluntariamente sus emisiones de carbono y promover este hecho para atraer a los consumidores concienciados con el medio ambiente: se trata de un tipo de solución privada. Por otra parte, una solución pública podría incluir impuestos sobre el carbono o sistemas de comercio de emisiones aplicados por el gobierno para incentivar a las empresas a reducir su huella de carbono.
Soluciones privadas: Negociaciones voluntarias y mitigación
Un principio fundamental de las soluciones privadas a las externalidades es el concepto de negociaciones voluntarias. Basándose en el famoso teorema de Coase, si los costes de transacción son insignificantes, las partes implicadas pueden negociar o regatear para alcanzar un resultado eficiente en presencia de externalidades, independientemente de la asignación inicial de derechos. En esencia, las personas o partes implicadas en la creación de la externalidad pueden acordar la solución que mejor se adapte a sus intereses y preferencias sin ninguna interferencia externa.
Las preferencias a las que lleguen las partes pueden ser cualquier cosa, desde medidas de mitigación hasta acuerdos de compensación. La teoría económica postula que en un mercado sin fricciones con derechos de propiedad bien definidos, los agentes del mercado, libres para negociar, llegarán a un resultado que maximice el bienestar general.
Sin embargo, los supuestos del teorema de Coase, como los costes de transacción cero y la información perfecta, rara vez se cumplen en la realidad, lo que plantea limitaciones prácticas a la eficacia de las soluciones privadas.
Soluciones públicas: Legislación y regulación directa
Si las negociaciones privadas no llegan a materializarse o se quedan cortas a la hora de abordar la externalidad, a menudo entran en juego las soluciones públicas. Supongamos que el gobierno, como autoridad pública, interviene para corregir el fallo del mercado derivado de la externalidad. Esta intervención suele adoptar la forma de disposiciones legales (legislación) o regulación directa.
La legislación se refiere a leyes o mandatos legales que orientan o limitan las acciones de los individuos o entidades para reducir los efectos negativos de una externalidad. Puede tratarse de leyes que limitan las emisiones nocivas de las industrias o de mandatos de reciclaje y eliminación de residuos. Estas leyes pueden contener sanciones por incumplimiento para garantizar su eficacia.
La regulación directa, por otra parte, implica el establecimiento de normas o medidas específicas que deben cumplirse. Puede tratarse de normas medioambientales que deben seguir las industrias, ordenanzas de zonificación en zonas urbanas o incluso directrices sanitarias para la seguridad de la salud pública. A menudo, se crean organismos reguladores o se les encomienda la tarea de supervisar y hacer cumplir estas medidas reguladoras.
Sin embargo, las soluciones públicas no están exentas de advertencias. Cuestiones como la captura reguladora, la ineficacia burocrática o los problemas de elección pública pueden obstaculizar su eficacia para lograr resultados socialmente óptimos.
Por tanto, la elección adecuada entre soluciones públicas y privadas depende a menudo del escenario específico de externalidad y del entorno socioeconómico más amplio: no existe una solución única para todos.
Significado de las soluciones públicas: Una comprensión más completa
Al navegar por los sectores de la microeconomía, es fácil tropezar con frases como "soluciones públicas", pero ¿qué significa realmente este término cuando se trata de abordar las externalidades? Esta parte del artículo pretende profundizar en tu comprensión de las soluciones públicas en el contexto de las externalidades, llevándote a través de su fundamento económico y evaluando sus ventajas y limitaciones. Empecemos por profundizar un poco en el significado de soluciones públicas a las externalidades.
Descifrando el significado: Soluciones públicas a las externalidades
En términos económicos, las "soluciones públicas" se refieren en general a las estrategias e intervenciones establecidas por el gobierno o las autoridades públicas para hacer frente a las ineficiencias o desequilibrios del mercado. Cuando una actividad/transacción económica produce un efecto -que puede ser positivo o negativo- en terceras personas que no formaban parte directa de esa transacción, lo llamamos "externalidad".
Una externalidad altera esencialmente el bienestar de las partes no consentidoras o no participantes en la transacción, y este impacto en el bienestar general de la sociedad influye en la necesidad de soluciones. Así pues, en esencia, las soluciones públicas a las externalidades pretenden corregir estos efectos externos de terceros para mejorar los resultados del mercado, restablecer la eficiencia económica y promover el bienestar de la sociedad.
Las soluciones públicas suelen implicar una serie de medidas que incluyen, entre otras, normas reguladoras, legislación, impuestos y subvenciones destinadas a alterar el comportamiento del mercado de forma que se reduzcan los impactos negativos o se aumenten los positivos asociados a estos costes y beneficios externos.
Sentar las bases para una comprensión más amplia del significado de las soluciones públicas
Para entender las soluciones públicas, es crucial reconocer su papel al servicio del objetivo social más amplio de la eficiencia económica. Dado que el mercado, cuando se le deja solo, a menudo no calcula correctamente el precio de estos efectos externos en sus transacciones, es necesaria la intervención para corregir estos problemas y alinear los resultados del mercado con los objetivos de bienestar social.
Una medida clave empleada en las soluciones públicas es el impuesto o subsidio pigoviano, llamado así por el economista británico Arthur C. Pigou. Pigou sugirió que el gobierno aplicara impuestos a las actividades que generan externalidades negativas equivalentes al coste social generado por la externalidad, de modo que el agente económico que crea la externalidad internalice el coste externo.
El fundamento económico de las soluciones públicas
Las soluciones públicas suelen seguir lo que los economistas denominan el enfoque pigoviano para abordar las externalidades. Cuando una actividad económica genera una externalidad negativa (como la contaminación), el coste social total es superior al coste privado soportado por la entidad que realiza esa actividad.
Matemáticamente, el coste social (CS) puede representarse como
\[ SC = PC + EC \]Donde:
- \(PC\) es el coste privado, es decir, el coste soportado por la entidad que realiza la actividad económica
- \(EC\) es el coste externo, es decir, el coste impuesto a otras entidades que no participan directamente en la transacción
Gravando al agente económico con un impuesto equivalente al coste externo \(EC\), el gobierno obliga al agente a internalizar el coste social, acercando el resultado del mercado al nivel socialmente óptimo. Este impuesto suele denominarse impuesto pigouviano. Por el contrario, si la externalidad es positiva (como la vacunación), las soluciones públicas pueden consistir en subvenciones que faciliten la internalización del beneficio externo por parte del agente económico.
Ventajas y limitaciones de las soluciones públicas
Las soluciones públicas ofrecen varias ventajas a la hora de hacer frente a las externalidades:
- Pueden proporcionar un marco uniforme para abordar las externalidades entre distintos agentes económicos y sectores.
- Fomentan el comportamiento responsable al hacer que las partes respondan directamente de las externalidades que causan.
- La intervención gubernamental puede garantizar que los bienes públicos, que a menudo son infraproducidos en un escenario de libre mercado debido a su naturaleza no rival y no excluyente, se suministren adecuadamente.
Sin embargo, también tienen ciertas limitaciones:
- Aplicar y hacer cumplir las soluciones públicas puede ser un reto debido a diversas limitaciones prácticas.
- Determinar el nivel correcto de impuestos/subvenciones o la normativa óptima puede ser complejo, y los errores podrían llevar a una regulación excesiva o insuficiente.
- Las soluciones públicas también podrían dar lugar a problemas potenciales como la captura reguladora, en la que los organismos reguladores pueden acabar sirviendo a los intereses de la industria que se supone que deben regular, en lugar de a los intereses públicos.
A pesar de estas limitaciones, las soluciones públicas desempeñan un papel integral a la hora de abordar las externalidades y garantizar unos resultados socialmente óptimos. Proporcionan los mecanismos para que la sociedad y las autoridades públicas modifiquen el comportamiento del mercado y lo orienten hacia un mayor bien público. Sin embargo, lograr el equilibrio entre la eficiencia del mercado, el bienestar público y la distribución equitativa de los recursos es una empresa llena de matices, que requiere políticas y esfuerzos concienzudos.
Soluciones públicas a las externalidades - Conclusiones clave
- La fórmula del coste social \( SC = PC + EC \) se utiliza para minimizar el coste social: \( SC \) es el coste social, \( PC \) es el coste privado, y \( EC \) es el coste externo. Tener en cuenta el \( EC \) en la elaboración de políticas puede mitigar el impacto de las externalidades negativas.
- Ejemplos de soluciones públicas a las externalidades negativas son el Impuesto sobre el Carbono y los regímenes de Comercio de Derechos de Emisión, que pretenden reducir las emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero, respectivamente, fijando costes y límites a dichas emisiones.
- Las soluciones públicas a las externalidades positivas pretenden promover actividades que proporcionen un beneficio adicional a la sociedad por encima del beneficio privado. Incluyen el suministro directo de bienes o servicios, subvenciones y normativas para imponer determinados comportamientos.
- Algunos ejemplos de soluciones públicas a las externalidades positivas son los Programas Públicos de Vacunación, la Ecologización de Desiertos, los Programas Públicos de Educación y Salud y los Proyectos de Desarrollo de Infraestructuras.
- Las soluciones públicas y privadas a las externalidades difieren en que las soluciones privadas implican que las personas o entidades negocien para resolver el problema, mientras que las soluciones públicas suelen implicar la intervención del gobierno para corregir las ineficiencias del mercado.
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