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Comprender el sesgo implícito en la formación de enfermería
El sesgo implícito es un término que ha ido ganando cada vez más atención en el ámbito sanitario y fuera de él, ya que se entiende que afecta significativamente a la forma en que se presta y se recibe la atención. Comprenderlo y abordarlo es especialmente importante en la formación de enfermería, donde se forman los futuros profesionales sanitarios.
¿Qué es el sesgo implícito?
El sesgo implícito se refiere a las actitudes o estereotipos que afectan subconscientemente a la comprensión, las acciones y las decisiones. Estos prejuicios, que se activan involuntariamente sin ser conscientes de ello, tienen un impacto significativo en el comportamiento.
Por ejemplo, si un estudiante se da cuenta constantemente de que su educador de enfermería suele pedir a los estudiantes varones que respondan a preguntas relacionadas con la técnica, esto puede reforzar un sesgo implícito de que los hombres son mejores en habilidades técnicas, aunque el educador no tenga conscientemente esta creencia.
Cómo afecta a las estudiantes el sesgo implícito en la formación de enfermería
En el contexto de la educación de enfermería, el sesgo implícito puede crear disparidades en la calidad de la educación que reciben los estudiantes, repercutir en su experiencia general de aprendizaje y, potencialmente, moldear su enfoque de los cuidados orientados al paciente.
Los efectos de los prejuicios en la educación son de gran alcance. Pueden fomentar los estereotipos, perpetuar la desigualdad y minar la confianza tanto de los alumnos como de los pacientes. Esto afecta negativamente no sólo a la experiencia educativa individual de los alumnos, sino también a la calidad más amplia de la prestación de servicios sanitarios.
Reconocer el sesgo de asociación implícito en la formación de enfermería
Reconocer el sesgo implícito en la formación de enfermería es el primer paso para abordarlo. Esto implica ser consciente de los propios prejuicios, así como darse cuenta de los comportamientos que podrían ser indicativos de prejuicios subyacentes a nivel organizativo.
- Observar patrones en la agrupación de alumnos o en la asignación de papeles durante las actividades prácticas.
- Darse cuenta de si determinados temas o perspectivas se pasan por alto, se infravaloran o se critican injustamente.
- Observar la naturaleza de la retroalimentación y la evaluación, si es uniforme o varía en función de factores como la raza, el sexo o la religión.
El Test de Asociación Implícita (IAT) se utiliza a menudo como herramienta para identificar prejuicios implícitos. El IAT mide la fuerza de las asociaciones entre conceptos y evaluaciones, revelando con qué rapidez asocias conceptos pertenecientes a categorías diferentes.
Por ejemplo, una IAT podría utilizarse para determinar la rapidez con que una persona relaciona nombres masculinos con palabras relacionadas con carreras profesionales y nombres femeninos con palabras relacionadas con la familia, en comparación con lo contrario. Las asociaciones más rápidas entre una categoría y un atributo evidencian asociaciones automáticas más fuertes.
Ejemplos de sesgo implícito en sanidad
En la asistencia sanitaria, sobre todo en enfermería, el sesgo implícito puede manifestarse de múltiples maneras, afectando tanto al entorno de aprendizaje como a la atención que reciben los pacientes. Es fundamental comprender estos ejemplos para ilustrar cómo se producen estos sesgos y el impacto potencial que pueden tener.
Identificar el sesgo implícito en la colocación clínica de enfermería
En las prácticas clínicas de enfermería, pueden producirse sesgos implícitos debido a varios factores. Algunos de estos sesgos pueden manifestarse como comportamientos sutiles, mientras que otros pueden ser más flagrantes. Sin embargo, independientemente de su magnitud, pueden afectar gravemente a la experiencia de aprendizaje de un estudiante.
Uno de los ejemplos más comunes es cuando se presume que determinados estudiantes, por su raza o etnia, son naturalmente expertos en algunas habilidades, lo que hace que se les asignen extraoficialmente determinados tipos de atención al paciente. Por ejemplo, a un estudiante de origen asiático se le puede pedir sistemáticamente que atienda a pacientes asiáticos de edad avanzada, debido a un prejuicio tácito de que podría ser "más adecuado" para ese tipo de pacientes. Esta forma de estereotipo niega a los estudiantes la oportunidad de aprender diversas habilidades y de atender a diferentes grupos demográficos.
Otra forma de prejuicio en las prácticas clínicas puede manifestarse en forma de "microagresiones". Las microagresiones son actos breves y habituales que comunican desprecios hostiles, despectivos o negativos hacia las personas. Suelen ser involuntarias y pueden ser verbales, no verbales o visuales.
Por ejemplo, pasar por alto sistemáticamente a un estudiante cuando se le asignan tareas clínicas críticas, basándose en la suposición tácita de que no es lo bastante capaz, puede ser un ejemplo de microagresión. Con el tiempo, estos casos podrían afectar negativamente a su confianza y obstaculizar el aprendizaje.
Evaluar el impacto de los prejuicios implícitos en la atención al paciente
Los prejuicios implícitos también pueden tener profundas consecuencias en la atención al paciente. Estos sesgos pueden condicionar la forma en que las enfermeras interactúan con sus pacientes o toman decisiones y juicios clínicos. La siguiente tabla ilustra algunas formas potenciales en que pueden manifestarse estos sesgos:
Situación | Impacto del sesgo implícito |
Comunicación paciente-proveedor | Una enfermera puede hablar más despacio o utilizar términos médicos más sencillos cuando se dirige a pacientes mayores o con acento, suponiendo que no le entienden. Esto podría provocar desconfianza o falta de comunicación. |
Tratamiento del dolor | Una enfermera puede subestimar el nivel de dolor de un paciente basándose en estereotipos raciales o de género. Por ejemplo, la falsa creencia de que las personas de determinadas razas tienen un umbral de dolor más alto podría llevar a un tratamiento inadecuado del dolor. |
Evaluación de la salud y recomendaciones de tratamiento | Las enfermeras pueden inclinarse a recomendar distintas opciones de tratamiento o cambios en el estilo de vida basándose en prejuicios implícitos sobre la capacidad, la voluntad o la habilidad del paciente para seguir los consejos. Por ejemplo, los pacientes con ingresos más bajos podrían no recibir ciertas recomendaciones sanitarias bajo el supuesto de que no pueden permitírselo. |
Es importante señalar que estos prejuicios rara vez son conscientes o intencionadamente perjudiciales, pero su efecto acumulativo puede influir enormemente en los resultados sanitarios y agravar las disparidades sanitarias. Por lo tanto, es crucial que estos prejuicios se reconozcan y se aborden tanto en la formación como en la práctica de la enfermería.
Reducir los prejuicios implícitos en enfermería
Abordar los prejuicios implícitos en la enfermería es crucial para una prestación y una educación sanitarias equitativas. Abordar esta cuestión requiere un enfoque global, que abarque todos los entornos sanitarios y las situaciones de prácticas clínicas.
Pasos proactivos para reducir el sesgo implícito en los entornos sanitarios
Un primer paso importante para reducir los prejuicios es reconocer su existencia. Muchas personas creen que son imparciales, pero las investigaciones demuestran que todo el mundo lleva implícito algún tipo de sesgo. Una vez reconocidos, pueden emplearse diversas estrategias para paliar estos sesgos.
Una estrategia eficaz que pueden emplear los centros sanitarios es la formación obligatoria sobre diversidad e inclusión. Este tipo de programación puede ayudar tanto al personal como a los estudiantes a reconocer y comprender sus propios prejuicios, además de proporcionar herramientas para combatirlos. Por ejemplo, la formación podría incluir actividades que cuestionen los prejuicios, promuevan la sensibilidad cultural o enseñen estrategias de comunicación que fomenten la inclusividad.
Cambiar la cultura institucional es otra medida proactiva. Los prejuicios no son sólo personales, sino sistémicos. La mejora de las políticas hospitalarias y la adopción de un ethos inclusivo pueden contribuir significativamente a reducir el sesgo implícito. Esto puede lograrse mediante:
- Revisiones de las políticas para identificar y rectificar posibles elementos inductores de prejuicios. Por ejemplo, revisando las prácticas de contratación y promoción para garantizar que son equitativas.
- Adoptando una representación diversa en los puestos directivos.
- Promoviendo debates abiertos sobre el sesgo implícito y fomentando la retroalimentación.
Métodos para contrarrestar el sesgo implícito en la colocación clínica
En el contexto de las prácticas clínicas, combatir el sesgo puede ser un poco más complejo debido a las diversas dinámicas que intervienen. Sin embargo, con intervenciones específicas y esfuerzos sostenidos, se puede conseguir.
Un método eficaz es la integración de estrategias de reducción del sesgo implícito en el plan de estudios. Se trataría de incorporar la educación sobre el sesgo en la formación teórica y práctica. Por ejemplo, facilitando debates sobre estudios de casos de pacientes y examinando posibles sesgos en los enfoques adoptados o examinando cómo los sesgos personales pueden influir en la interacción con los pacientes.
Como alternativa, los educadores podrían proporcionar a los estudiantes "disruptores de prejuicios". Se trata de técnicas que ayudan a alterar las asociaciones automáticas, como pensar en el paciente como un individuo y no como la representación de un grupo, o comprobar mentalmente que se aplica la misma norma a todos los pacientes. Practicar estos métodos podría ayudar a entrenar a los estudiantes para que reconozcan y cuestionen sus prejuicios durante las interacciones con los pacientes.
Las soluciones tecnológicas, como la educación clínica basada en la simulación, también pueden desempeñar un papel fundamental. Esta estrategia puede permitir que los estudiantes se enfrenten a diversas situaciones con pacientes en las que tengan que enfrentarse a sus prejuicios implícitos, lo que, en última instancia, les permitirá comprender mejor y atender mejor a los pacientes.
- Poner en práctica herramientas de evaluación de los prejuicios, como el Test de Asociación Implícita (TIA).
- Crear un código de conducta que prohíba las prácticas discriminatorias y proporcione directrices sobre cómo deben interactuar los estudiantes con los pacientes.
- Proporcionar tutoría de apoyo a los estudiantes, garantizando que todos ellos, independientemente de su procedencia, tengan el mismo acceso a las oportunidades y recursos de aprendizaje.
Es importante señalar que estas intervenciones requieren un esfuerzo continuo y constante. Los prejuicios existentes no pueden erradicarse de la noche a la mañana. Sin embargo, con un esfuerzo y un compromiso conscientes, tanto por parte del individuo como de la institución, es posible reducir significativamente el impacto de los prejuicios implícitos.
Resultados de los pacientes y prejuicios implícitos
La intersección de los prejuicios implícitos y los resultados de los pacientes constituye una preocupación fundamental en el sector sanitario, especialmente en la enfermería. Comprender cómo actúan estos prejuicios y su impacto es primordial para trabajar por una asistencia sanitaria equitativa y de calidad.
Comprender las conexiones entre los resultados de los pacientes y los prejuicios implícitos
Los prejuicios implícitos en la asistencia sanitaria se refieren a las actitudes o estereotipos inconscientes que tienen los profesionales sanitarios y que pueden influir en sus comportamientos e interacciones con los pacientes. Estos prejuicios, que pueden basarse en atributos como la raza, la edad, el sexo, el nivel socioeconómico o la religión, suelen afectar a la calidad de la asistencia prestada y, por consiguiente, a los resultados de los pacientes.
Por ejemplo, una enfermera puede dedicar inconscientemente más tiempo y esfuerzo a atender a pacientes de su misma etnia, prestando sin darse cuenta una atención menos óptima a otros pacientes. Con el tiempo, esta atención y cuidados desproporcionados pueden culminar en importantes disparidades sanitarias entre grupos de pacientes.
Numerosas investigaciones subrayan las diversas formas en que los prejuicios implícitos pueden influir en los resultados de los pacientes. Estos efectos pueden observarse en ámbitos como la comunicación paciente-proveedor, la exactitud del diagnóstico, el cumplimiento del tratamiento y la satisfacción del paciente, entre otros.
Área de impacto | Papel del sesgo implícito |
Comunicación paciente-proveedor | La comunicación puede verse obstaculizada si un proveedor percibe inconscientemente a un paciente como menos competente o cumplidor basándose en sus atributos demográficos. Esto puede llevar a que el paciente reciba información incompleta o inadecuada, comprometiendo su capacidad para tomar decisiones sanitarias con conocimiento de causa. |
Precisión del diagnóstico | Un proveedor, influido por los estereotipos, podría pasar por alto o malinterpretar los síntomas, lo que llevaría a un diagnóstico erróneo o a un retraso en el diagnóstico. Por ejemplo, el estereotipo de que las personas más jóvenes son más sanas puede hacer que se pasen por alto afecciones graves en pacientes jóvenes. |
Cumplimiento del tratamiento | Es menos probable que los pacientes sigan las recomendaciones terapéuticas si tienen la sensación de que sus preocupaciones son malinterpretadas o desestimadas debido a actitudes sesgadas de su profesional sanitario. |
Satisfacción del paciente | Los niveles de satisfacción pueden caer en picado si un paciente siente que se le trata de forma diferente o injusta. Unos índices de satisfacción más bajos pueden disuadir a los pacientes de buscar ayuda médica, lo que repercute a largo plazo en su salud. |
Abordar los prejuicios implícitos para mejorar los resultados de los pacientes
Dada la importante influencia de los prejuicios implícitos en los resultados de los pacientes, es vital realizar esfuerzos concertados para abordar estos prejuicios. En el centro de estos esfuerzos se encuentra la necesidad de concienciar a los profesionales sanitarios sobre el potencial de los prejuicios y proporcionarles herramientas para gestionarlos eficazmente.
- Técnicas de Debiasing Cognitivo:
Las técnicas de distorsión cognitiva pretenden minimizar el impacto de los prejuicios en la toma de decisiones. Estas técnicas pueden consistir en ralentizar conscientemente la toma de decisiones, comprobar dos veces las lecturas iniciales o buscar una segunda opinión para asegurarse de que las decisiones no están influidas por sesgos. Por ejemplo, en situaciones de gran presión, los profesionales sanitarios podrían beneficiarse de tomarse un momento para reflexionar sobre su decisión, asegurándose de que no se toma precipitadamente y basándose en prejuicios.
Otra técnica cognitiva disuasoria es la "toma de perspectiva", que consiste en que los profesionales se imaginen a sí mismos en el lugar del paciente. Esto podría aumentar la empatía hacia el paciente y, en consecuencia, reducir el comportamiento sesgado.
- Formación continua en prejuicios:
La formación en prejuicios consiste en enseñar a los profesionales sanitarios a identificar y comprender sus prejuicios implícitos y proporcionarles herramientas para mitigar los efectos de estos prejuicios en su práctica. Es importante que esta formación sea continua y se refuerce periódicamente para que sea realmente eficaz.
- Sustitución de estereotipos:
La sustitución de estereotipos es una estrategia mediante la cual una persona reconoce en sí misma una respuesta basada en estereotipos, la califica de estereotipada y la sustituye por una respuesta imparcial. Esta práctica, cuando se perfecciona con el tiempo, puede conducir a una toma de decisiones consciente y libre de prejuicios.
Por ejemplo, si un profesional sanitario supone que un paciente anciano podría no cumplir un régimen de tratamiento complejo sólo por su edad, debe reconocerlo como un pensamiento estereotipado, etiquetarlo como tal y sustituirlo activamente por una respuesta basada en información sanitaria objetiva específica de ese paciente.
Un entorno que fomente las conversaciones abiertas sobre los prejuicios, promueva la comprensión y recompense la atención sin prejuicios también puede contribuir significativamente a mejorar los resultados de los pacientes. Esto puede facilitarse mediante un liderazgo fuerte que demuestre su compromiso con la diversidad, revisiones periódicas y revisiones de las políticas organizativas y el fomento de una cultura de inclusión.
Abordar los prejuicios implícitos en la enfermería diaria
Abordar el sesgo implícito en la enfermería diaria se refiere a aplicar estrategias proactivas en las prácticas diarias de enfermería para reducir los sesgos o mitigar sus efectos. Cuando los profesionales sanitarios intentan mantener un alto nivel de cuidados, es prioritario realizar esfuerzos constantes para combatir los prejuicios implícitos. Las siguientes secciones profundizarán en dos estrategias fundamentales: los pasos prácticos para manejar los prejuicios y el papel de la educación.
Enfoques prácticos para manejar los prejuicios implícitos en enfermería
Los pasos prácticos para manejar los prejuicios implican crear un entorno que reconozca los retos relacionados con los prejuicios a los que se enfrenta el personal sanitario, promueva la concienciación activa sobre ellos y apoye la adopción de comportamientos que mitiguen los prejuicios en la práctica diaria. Esto requiere esfuerzos conscientes tanto a nivel individual como sistémico.
En el contexto cotidiano de la enfermería, una vez que has reconocido un prejuicio -por ejemplo, hacia los pacientes de un determinado origen socioeconómico-, podrías aplicar medidas "rompedoras de prejuicios". Esto podría significar examinar de nuevo la situación de cada paciente, independientemente de las suposiciones o estereotipos subconscientes, o reservar conscientemente tiempo adicional para los pacientes hacia los que podrías tener un prejuicio inconsciente. Con el tiempo, estas acciones podrían condicionarte a aplicar una norma uniforme de atención a todos los pacientes.
La aplicación de medidas prácticas para hacer frente a los prejuicios en la práctica diaria podría implicar:
- Crear un código de conducta para el comportamiento y la comunicación con los pacientes, en el que se establezcan claramente las expectativas de comportamiento y las consecuencias del trato sesgado, en su caso.
- Fomentar debates abiertos y proporcionar foros para que el personal comparta sus experiencias, retos y estrategias en relación con el tratamiento de los prejuicios.
- Establecer grupos de tutoría y apoyo que permitan al personal aprender de las experiencias de los demás, proporcionando recursos para afrontar y abordar los prejuicios.
- Reconocer, admitir y celebrar los progresos realizados en la reducción de los prejuicios. Incluso los pequeños pasos importan y merecen reconocimiento.
Los enfoques prácticos tejen esencialmente estrategias de reducción de los prejuicios en el tejido de la práctica diaria de la enfermería. Sin embargo, para mantener dichas prácticas, son igualmente importantes el refuerzo continuo y la provisión de las herramientas educativas adecuadas.
El papel de la educación en la reducción del sesgo de asociación implícito
La educación desempeña un papel fundamental en la reducción del sesgo de asociación implícito en enfermería. Abarca oportunidades de aprendizaje formal e informal que permiten comprender el sesgo implícito, su impacto y las estrategias para gestionarlo eficazmente.
Las iniciativas educativas dirigidas a reducir el sesgo implícito en enfermería pueden comprender:
- Impartir formación formal sobre temas como la concienciación sobre los prejuicios, la comunicación inclusiva, la sensibilidad cultural y la toma de decisiones.
- Integrar componentes de gestión del prejuicio implícito en los planes de estudios básicos, centrándose en la teoría y la práctica.
- Fomentar la participación en talleres, seminarios o cursos online sobre el tema.
- Proporcionando material didáctico -como manuales, guías o módulos de aprendizaje electrónico- de fácil acceso y consulta.
Por ejemplo, un módulo de formación sobre "Toma de decisiones compartida y consciente de los prejuicios" podría orientar a las enfermeras sobre cómo implicar a los pacientes en sus propias decisiones asistenciales de forma consciente de los prejuicios, garantizando que las aportaciones de los pacientes no se descarten debido a prejuicios inconscientes. Esto podría implicar la enseñanza de estrategias como la doble comprobación de sus propias interpretaciones de las palabras del paciente, o la práctica consciente de un compromiso respetuoso con pacientes de distintos orígenes. Una formación de este tipo podría fomentar un mejor compromiso con el paciente y ayudar a las enfermeras a gestionar eficazmente sus prejuicios.
La educación se percibe habitualmente como adquisición de conocimientos, pero en el contexto de la reducción de los prejuicios implícitos, es mucho más. Crea capacidades de autoconciencia, autocontrol y transformación. Prepara a las enfermeras no sólo para transformar su propia práctica, sino también para actuar como agentes de cambio en su entorno laboral, promoviendo una cultura más amplia de cuidados libres de prejuicios.
Prejuicios implícitos - Puntos clave a tener en cuenta
- Prejuicio implícito: Actitudes o estereotipos inconscientes que influyen en los comportamientos y las interacciones, especialmente en los entornos sanitarios.
- Ejemplos de prejuicios implícitos en la asistencia sanitaria: Pueden darse por factores como la raza o la etnia, que conducen a estereotipos, y en sus interacciones pueden influir en la atención al paciente y en las oportunidades de aprendizaje.
- Impacto del Prejuicio Implícito en la Atención al Paciente: Puede influir en la forma en que las enfermeras interactúan con los pacientes y emiten juicios clínicos que conducen a disparidades sanitarias.
- Reducir los prejuicios implícitos en enfermería: Requiere estrategias integrales que incluyan el reconocimiento de los prejuicios, la promoción de debates abiertos y la incorporación de la educación para la concienciación sobre los prejuicios en el plan de estudios.
- Resultados de los pacientes y prejuicios implícitos: Los prejuicios pueden afectar significativamente a los resultados de los pacientes en áreas como la comunicación paciente-proveedor, la precisión del diagnóstico, el cumplimiento del tratamiento y la satisfacción del paciente. Entre las estrategias para mitigarlos se incluyen la formación continua en prejuicios y las técnicas cognitivas de desaprobación.
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