Gestión de Selvas Tropicales

Gestión sostenible de las selvas tropicales

Las selvas tropicales son ecosistemas importantes. Ayudan a reducir el calentamiento global actuando como sumidero de carbono. Producen gran parte del oxígeno que respiramos. También ayudan a regular el ciclo global del agua, ya que más del 50% de la lluvia que cae en las selvas tropicales vuelve a la atmósfera a través de la evapotranspiración.

Varios de los productos que utilizamos también proceden de la selva tropical, como frutas, especias y materiales para fabricar muebles. Además, las selvas tropicales son una fuente de productos medicinales. De hecho, el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU ha calculado que el 70% de las plantas útiles para tratar el cáncer sólo se encuentran en las selvas tropicales^.1

A pesar de su importancia, la deforestación de las selvas tropicales se ha producido a un ritmo acelerado. A partir de 2010, se calcula que se han eliminado anualmente 10 millones de hectáreas de selvas tropicales para actividades agrícolas e industriales, como la ganadería, la construcción de carreteras, la minería y la tala, entre otras.

Fig. 1 - Tasa anual de deforestación de la selva tropical, 2015

Aunque se acepta que las selvas tropicales deben utilizarse para obtener ganancias, es imprescindible un uso sostenible para preservarlas para las generaciones futuras. Por suerte, hay comunidades, organizaciones y gobiernos que han estado trabajando por la gestión sostenible de las selvas tropicales. Sigue leyendo para saber más sobre estas prácticas de gestión.

Políticas de gestión de las selvas tropicales

Algunas de las políticas utilizadas en la gestión sostenible de las selvas tropicales son la reducción de la deuda, los acuerdos internacionales y la tala y replantación selectivas.

Reducción de la deuda

Muchos de los países en los que se encuentran las selvas tropicales tienen grandes deudas internacionales. A menudo utilizan de forma insostenible los recursos de sus selvas tropicales para ganar dinero con el que pagar estas deudas. Una forma de gestionar de forma sostenible las selvas tropicales de estas zonas es mediante el canje de "deuda por naturaleza". De este modo, el país al que se debe la deuda condona o cancela parte de la deuda a cambio de que el deudor conserve su selva tropical. Esta idea de intercambiar deuda por conservación de ecosistemas fue propuesta por primera vez por el Fondo Mundial para la Naturaleza en 1984 y se puso en práctica por primera vez en Bolivia en 1987.

Acuerdos internacionales

Ciertos tipos de maderas duras tropicales, como la caoba, tienen una gran demanda en todo el mundo. Por ello, para satisfacer esta demanda, ha aumentado la tasa de deforestación ilegal. En un intento de frenarla, se han establecido acuerdos internacionales para limitar la importación de madera de origen no sostenible en los países. El Convenio Internacional de las Maderas Tropicales revisado se estableció en 2006 para ampliar y regular eficazmente el comercio internacional de madera dura sostenible y talada legalmente. El acuerdo entró en vigor en diciembre de 2011.

Fig. 2 - tala ilegal, Parque Nacional de Marojejy, Madagascar

Tala selectiva y replantación

En este método de gestión sostenible, sólo se seleccionan los árboles maduros que se van a talar, en lugar de talar toda una zona. La tala selectiva es más sostenible que la tala rasa porque se deja que los árboles más jóvenes crezcan y regeneren la selva tropical. Además, muchas veces se replantan árboles para sustituir a los que se talaron. Para reducir los daños causados por el uso de camiones que atraviesan la selva tropical para retirar los árboles talados, se utilizan caballos y/o helicópteros. Ambos métodos son más respetuosos con el medio ambiente. Como resultado, se deja el recurso forestal para uso de las generaciones futuras.

Gestión de la protección de las selvas tropicales

Se pueden promulgar y aplicar leyes medioambientales para proteger la selva tropical. Lo más habitual es que se trate de leyes que prohíban la tala de determinadas especies de árboles. Las leyes medioambientales también pueden implicar la prohibición de la tala ilegal junto con la venta de madera procedente de selvas tropicales que no estén sometidas a una gestión sostenible.

Varios países también protegen sus selvas tropicales estableciendo parques nacionales y/o reservas forestales en su interior. La declaración de estas zonas está protegida por la legislación nacional, que prohíbe o restringe cualquier actividad destructiva que pueda producirse. Desgraciadamente, a pesar de los esfuerzos realizados, la gente sigue llevando a cabo actividades ilícitas.

Gestión de la conservación de las selvas tropicales

La conservación suele ir de la mano de la educación. Es importante educar a la gente sobre el valor de la selva tropical para que las campañas de conservación tengan éxito. La conservación permite gestionar el uso de los recursos de la selva tropical para garantizar que se utilizan de forma sostenible. Esto permite a las personas utilizar la selva tropical sin dejar secuelas a largo plazo. La conservación suele estar encabezada por organizaciones internacionales, pero siempre implica a las comunidades locales. Las actividades de conservación incluyen, entre otras, promover el uso de fuentes alternativas de madera u ofrecer incentivos por la reducción de las emisiones de carbono debidas a la deforestación.

Gestión del ecoturismo de las selvas tropicales

El ec oturismo es un tipo de turismo sostenible en el sentido de que tiene en cuenta sus repercusiones sociales, medioambientales y económicas presentes y a largo plazo. Suele tener un alcance a pequeña escala e implica minimizar el impacto sobre el entorno natural.

El ecoturismo ayuda a gestionar de forma sostenible las selvas tropicales porque facilita el desarrollo de una zona sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para beneficiarse de la utilización de los mismos recursos forestales. Se realiza en pequeños grupos y permite a las comunidades locales tener el control y, por tanto, recibir beneficios directos en forma de ingresos. Pueden ganarse la vida trabajando como guías turísticos o proporcionando transporte y alojamiento. En consecuencia, no tienen que depender de prácticas destructivas como la tala para mantenerse a sí mismos y a sus familias.

El ecoturismo es respetuoso con el medio ambiente y las personas implicadas suelen tener interés en proteger el espacio natural. Garantiza que no se deje basura ni desperdicios mediante una eliminación adecuada de los residuos. Además, parte de los beneficios obtenidos con las actividades ecoturísticas revierten en la conservación de la selva tropical.