Efectos Políticos de la Guerra Civil

Efectos políticos inmediatos de la Guerra Civil en el Norte

Mientras duró la guerra, los poderes del gobierno de la Unión y del presidente siguieron creciendo y cambiando. Abraham Lincoln descubrió que la guerra requería un liderazgo presidencial activo, que a menudo tomaba medidas ejecutivas sin la aprobación del Congreso. Al principio de la guerra, Lincoln lanzó un importante programa de construcción naval sin esperar a que se reuniera el Congreso. Los legisladores aprobaron más tarde su decisión, reforzando la convicción de Lincoln, y éste siguió actuando antes que el Congreso cuando lo consideró necesario.

Fig. 1 - Abraham Lincoln utilizó la guerra para aumentar el poder del gobierno federal, en concreto, el uso y la autorización de acciones ejecutivas

Lo que las acciones de Lincoln ejemplifican son los efectos de la Guerra Civil en el Norte, cuyo impacto más significativo se produjo en el equilibrio de poder entre los poderes del gobierno. En ocasiones, Lincoln utilizó su autoridad en tiempos de guerra para reforzar su poder político. Él y sus generales demostraron ser expertos en organizar permisos para los soldados que podían votar en elecciones reñidas. En otro caso, cuando el gobernador republicano de Indiana se encontró escaso de fondos debido a la oposición demócrata, Lincoln suministró generosamente ocho veces la cantidad de dinero que el gobernador necesitaba.

Uno de los ejemplos más claros de la expansión del poder federal en tiempos de guerra fueron las Leyes Bancarias Nacionales de 1863, 1864 y 1865.

El Congreso estableció un sistema bancario nacional facultado para emitir el máximo número de billetes del banco nacional. Al finalizar la guerra en 1865, el Congreso estableció un impuesto punitivo sobre los billetes de los bancos estatales y obligó a la mayoría de las instituciones importantes a unirse al sistema. Este proceso condujo a una moneda más sólida y a un sistema monetario más sencillo.

Efectos políticos inmediatos de la Guerra Civil en el Sur

Incluso más que la propia lucha, la guerra alteró la sociedad sureña más allá de todas las expectativas y con una rapidez asombrosa. Una de las primeras instituciones que cambiaron fue la política y el gobierno del Sur.

El Sur había sido una zona de poco gobierno. Los derechos de los estados habían sido su lema, pero incluso los gobiernos estatales eran débiles para los estándares modernos. Sin embargo, para resistir el enorme poder del Norte, el Sur tuvo que centralizarse; al igual que los revolucionarios coloniales, los sureños se enfrentaron a la disyuntiva de "unirse o morir". Nadie vio más claramente la necesidad de centralización que Jefferson Davis, el presidente de la Confederación.

Fig. 2 - Retrato de Jefferson Davis, presidente de la Confederación, que trabajó para crear un gobierno central fuerte con autoridad sobre gran parte del sur.

Desde el principio, Davis presionó para que todas las armas, suministros y tropas estuvieran bajo su control. Abogó por el reclutamiento cuando los estados no conseguían alistar suficientes soldados nuevos. Y asumió un papel de liderazgo decisivo en el Congreso Confederado, que elevó los impuestos y más tarde aprobó aranceles sobre el trigo, el maíz, la avena, el centeno, el algodón, los guisantes y otros productos agrícolas.

Casi tres mil agentes se dispersaron para recaudar el impuesto, ayudados por casi mil quinientos tasadores. Allí donde surgió oposición, el gobierno suspendió el recurso de habeas corpus e impuso la ley marcial. Frente a una oposición política que defendía los derechos del Estado, Davis se mostró inflexible.

Fig. 3- Artículo de propaganda política publicado en la Confederación en 1860, que se hacía eco del lema de los Revolucionarios Americanos, "Únete o muere", en un grito de unidad entre los estados del sur.

Pronto la administración de Richmond se hizo con el control prácticamente total de la economía sureña. Como controlaba el suministro de mano de obra mediante el reclutamiento, la administración podía regular la industria, obligando a las fábricas a trabajar con contratos gubernamentales para abastecer las necesidades del gobierno.

Además, el Congreso Confederado aprobó leyes que otorgaban al gobierno central el control casi total de los ferrocarriles; más tarde, el transporte marítimo quedó sometido a una amplia regulación. Nuevas leyes limitaron los beneficios y dividendos de las empresas. Surgió una gran burocracia para administrar estas operaciones: se necesitaban más de setenta mil civiles para dirigir el gobierno confederado. Al final de la guerra, la burocracia sureña era proporcionalmente más extensa que su homóloga del norte.

Efectos políticos a largo plazo de la Guerra Civil

Ante todo, la Guerra Civil y la victoria de la Unión aseguraron que Estados Unidos fuera una entidad política única, no un conjunto de estados soberanos individualmente. Cuando los estados del sur se reincorporaron a la Unión, tuvieron que afirmar que dichos estados no tenían derecho a separarse de la Unión.

Los efectos políticos a largo plazo más significativos de la Guerra Civil fueron los importantes cambios constitucionales y los cambios en el gobierno federal.

A través de la Reconstrucción, se ratificaron tres enmiendas a la Constitución de EEUU. La 13ª Enmienda abolió la esclavitud, la 14ª Enmienda protege y define la ciudadanía y los derechos de los ciudadanos, y la 15ª Enmienda protege el derecho de voto.

El gobierno federal, mediante la Reconstrucción y el uso del poder centralizado, consolidado durante los años de la guerra, emergió con un mayor poder nacional sobre los estados y los ciudadanos. Durante las décadas que siguieron a la Guerra Civil, la batalla por reequilibrar el poder del gobierno entre los poderes Ejecutivo y Legislativo definiría la política estadounidense durante una generación. Y el propio gobierno empezaría a ejercer su nueva influencia y poder, no sólo mediante las políticas de la Reconstrucción, sino también con medidas más activas y progresistas que habrían sido casi inimaginables antes de la Guerra Civil.