La nueva Armada
Tras la Guerra Civil, la Armada se redujo y en la década de 1880 la mayoría de sus barcos estaban anticuados o en mal estado. Alrededor de esta época, la Armada estadounidense se sometió a un esfuerzo de modernización que ayudó a convertirla en una de las armadas más fuertes del mundo.
Especialmente influyente fue un libro escrito por el oficial naval estadounidense Alfred Thayer Mahan, que sostenía que el poder naval era fundamental para el poder nacional. Sostenía que tener una marina fuerte no sólo daba ventajas a las naciones en las guerras, sino que también aseguraba el comercio y garantizaba la prosperidad. Su libro fue muy influyente no sólo en EEUU, sino en todo el mundo, y contribuyó a un aumento masivo de las fuerzas navales en el país y en Europa.
La seguridad de las rutas marítimas y las estaciones de carbón fueron factores motivadores clave de la expansión de Estados Unidos en los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX. En la guerra hispano-estadounidense de 1898, Estados Unidos se hizo con el control de Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas, y ese mismo año se anexionó Hawai. Un barco de la marina estadounidense desempeñó un papel clave en la independencia de Panamá, que llevó a EEUU a adquirir los derechos para construir el Canal de Panamá.
Una marina estadounidense fuerte contaría con el apoyo de estas nuevas colonias y, a su vez, protegería estos nuevos territorios de ultramar.
La Gran Flota Blanca
De diciembre de 1907 a febrero de 1909, una flota naval estadounidense completó un viaje alrededor del mundo ordenado por el presidente estadounidense Theodore Roosevelt. Los 16 acorazados y barcos de escolta más pequeños estaban pintados de blanco, y visitó muchos países durante su viaje.
Aunque las visitas eran amistosas, la flota también pretendía señalar al mundo que EEUU era ahora una gran potencia naval y, por extensión, una gran potencia mundial.
Fig 3 - La Gran Flota Blanca.
La Armada estadounidense también estuvo activa tras la entrada de EEUU en la Primera Guerra Mundial. En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, con la llegada del avión como herramienta fundamental en el campo de batalla, el portaaviones se convirtió en uno de los aspectos más importantes de la guerra naval.
Una señal de lo mucho que había crecido la Armada estadounidense fue el acuerdo alcanzado en el Tratado Naval de Washington, resultado de la Conferencia Naval de Washington. En este tratado, las principales potencias acordaron limitar su producción naval a ciertos ratios para evitar una carrera armamentística. A EEUU se le permitió construir el mismo número que Gran Bretaña, la potencia naval tradicional más fuerte. Por supuesto, a finales de la década de 1930, todas las grandes potencias, incluido EEUU, estaban inmersas en una acumulación de armamento antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial que incluía la expansión de sus armadas.