Cambio religioso

Causas del cambio religioso

El cambio religioso puede producirse como resultado del cambio social y político. En el mundo medieval, la religión estaba en el centro de todo. La Iglesia Católica era un actor político importante, con vastas propiedades e influencia en todos los reinos europeos hasta la Reforma Protestante. En consecuencia, la vida cotidiana giraba en torno a la religión después de que el papado aplicara las reformas gregorianas en el siglo XI.

El cambio religioso como resultado del cambio social y viceversa

El cambio religioso y el social van de la mano. Así ocurrió especialmente en la Edad Media debido a la centralidad de la religión en el mundo medieval. Pero, ¿cómo se convirtió la Iglesia en el centro de la sociedad medieval? Se llevaron a cabo una serie de reformas conocidas como la Reforma Gregoriana para consolidar una Iglesia fracturada ante los cambios sociales derivados del crecimiento demográfico, la expansión económica y el auge de los centros urbanos.

La Reforma Gregoriana

En el año 1000, la Iglesia estaba fragmentada. Los gobernantes seculares controlaban los nombramientos eclesiásticos y había poca cohesión administrativa. Esta situación cambió como consecuencia del cambio socio-religioso conocido como Reforma Gregoriana. Aristócratas, líderes eclesiásticos y celosos reformadores concibieron la Iglesia como una estructura libre de la influencia de las autoridades seculares y trataron de consolidarla bajo un líder: el Papa. Creían que la Iglesia debía dominar la sociedad.

Un cambio social crucial que trajo consigo el movimiento de reforma gregoriano fue la abolición del clero casado. Antes de las reformas, los sacerdotes solían tener esposas, una posición de respeto en la comunidad parroquial.

El paisaje visual de la Europa medieval también cambió debido a la Reforma Gregoriana. Las enormes catedrales sustituyeron a la arquitectura románica anterior en pueblos y ciudades importantes como símbolos de la importancia y el poder de la Iglesia. Las catedrales eran las sedes de los obispos, que ahora estaban completamente bajo la autoridad papal. Entre las catedrales significativas de este periodo se encuentran la de Canterbury, en Inglaterra (1174), la de León, en la actual España (1205), y la de Santa María del Espina, en Pisa, Italia (1230).

Catedral de Canterbury. Fuente: WyrdLight.com, CC-BY-SA-4.0, Wikimedia Commons

Uno de los pensadores más influyentes de este periodo fue Tomás de Aquino. Debido a las Cruzadas y a una revolución comercial, las obras de filósofos clásicos como Aristóteles volvieron a Europa. Aquino utilizó a Aristóteles para examinar cuestiones sobre la relación entre la fe y la razón, que combinaban temas que hoy conocemos como filosofía y teología.

Su obra maestra Summa Theologiae definió la diferencia entre pecados mortales y veniales, o menores, y cómo debía castigarlos la Iglesia. Mientras que los pecados mortales eran imperdonables, los veniales podían ser eliminados "cuando la deuda del castigo es quitada". La Iglesia determinó que esta deuda podía eliminarse mediante indulgencias, o certificados de la eliminación de un pecado, concedidos al pecador por un sacerdote. Las indulgencias tendrían un papel crucial en los acontecimientos de la Reforma protestante.

Tomás de Aquino, por Francisco Herrera el Joven, c.1656. Fuente: Museo de Bellas Artes de Sevilla, CE0506P, PD-Art, Wikimedia Commons

Formación de una sociedad perseguidora

Los judíos solían vivir y trabajar junto a sus homólogos cristianos en la Alta Edad Media. Sin embargo, esto empezó a cambiar en el siglo XI. El historiador R.I. Moore sostiene que, a medida que la Iglesia fue ganando poder, se centró en erradicar a los que no se conformaban, es decir, a los judíos y a los que consideraban herejes. Este cambio religioso provocó un cambio social dramático porque ahora era legal y eclesiásticamente favorable perseguir a otros que no formaban parte de la religión dominante. Además, sentó el precedente de una sociedad basada en identificar al otro como una amenaza y extirpar a los inconformistas utilizando todos los medios necesarios.

Ilustración manuscrita de Pierart dou Tielt que muestra a judíos siendo quemados en la hoguera, siglo XIV. Fuente: PD-Art, Wikimedia Commons

Para colmo de males, los monarcas del Sacro Imperio Romano Germánico, Inglaterra, España y Francia expulsaron a los judíos de las tierras que habían considerado su hogar durante siglos y los obligaron a trasladarse a regiones que los acogieran. Muchos acabaron en Polonia y los Países Bajos, conocidos por su tolerancia religiosa en aquella época. Algunos se convirtieron al cristianismo para permanecer en su patria, pero a menudo estos individuos nunca fueron del todo aceptados por los cristianos. Por ejemplo, la Inquisición española del siglo XV se centró específicamente en los conversos recientes para descubrir hasta qué punto eran sinceros con su nueva fe.

Ejemplos e importancia del cambio religioso

El cambio religioso puede afectar profundamente a la sociedad y es crucial para comprender los movimientos históricos y sociales. Cuestiones de naturaleza religiosa o teológica han inspirado profundas divisiones sociales. La Reforma Protestante es un acontecimiento en el que el cambio religioso alteró permanentemente el panorama social, cultural y político europeo.

La Reforma Protestante

Martín Lutero por Lucas Cranach el Viejo, 1529. Fuente: Iglesia de Santa Ana, Augsburgo, Alemania, CC-PD-Mark, Wikimedia Commons

Aunque las diferencias religiosas no eran nada nuevo antes de la Reforma, las desviaciones de la Iglesia establecida nunca antes habían obtenido un apoyo tan generalizado. El inconformismo religioso era rápidamente declarado herejía y erradicado por celosos inquisidores. Pero algo diferente ocurrió cuando Martín Lutero clavó en la puerta de una iglesia de Wittenberg sus 95 tesis que criticaban a la Iglesia católica. ¿Por qué fue éste el catalizador de una de las fracturas religiosas más extensas de la historia?

• Como se ha mostrado anteriormente, la Iglesia católica ostentaba un considerable poder religioso y político. Desgraciadamente, tal poder conduce a menudo al abuso y la corrupción. Un ejemplo de ello fue la práctica de vender indulgencias a los feligreses para absolver el pecado venial, según la definición de Tomás de Aquino. Martín Lutero criticó directamente esta práctica y ofreció una alternativa teológica a una vida dominada por una Iglesia católica corrupta.

Lutero hizo hincapié en una relación personal entre la persona y Dios y en la importancia de leer la Biblia por uno mismo. Estas dos ideas revolucionarias debilitaron el lugar central del clero católico en la práctica de la fe y, por extensión, en la vida cotidiana. Como consecuencia, la Iglesia denunció a Lutero y le nombró hereje, pero sus ideas le habían proporcionado poderosos amigos. Federico III, elector de Sajonia, protegió a Lutero y le dio cobijo no sólo porque estaba de acuerdo con él teológicamente, sino también porque ayudarle era una forma de protestar contra el régimen político del emperador católico del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos V.

Efectos del cambio religioso

Como ya se ha dicho, el cambio religioso en la Edad Media tuvo efectos generalizados y a menudo devastadores en el panorama social. Por ejemplo, la Reforma Protestante afectó a Europa tanto en la política como en la cultura. Veamos más detenidamente cómo.Un ejemplo de cómo el cambio religioso afectó a la sociedad se produjo durante la Reforma Inglesa. En 1534, el rey Enrique VIII aprobó un Acta de Supremacía que rompía formalmente con la Iglesia Católica y se declaraba cabeza de una nueva Iglesia de Inglaterra. Esta ley creó una nueva religión en Inglaterra y obligó a todos los ingleses a convertirse. Además, Enrique disolvió los monasterios, confiscó sus bienes y luego vendió las tierras a los nobles para obtener más dinero. Este acto cambió para siempre el paisaje social y físico de Inglaterra.Otro ejemplo son las Guerras de Religión francesas, que duraron de 1562 a 1598. Las diferencias religiosas provocaron una fractura política en toda Francia. Los reyes de Francia siempre habían sido católicos, pero el rey Enrique III murió en 1589 sin descendencia, y su sucesor era protestante. En esta última fase de la guerra se creó una liga católica de potencias mundiales para bloquear el acceso de Enrique, rey de Navarra, heredero protestante al trono francés. Francia quedó desgarrada por la guerra en nombre de la religión. Las hostilidades sólo cesaron cuando Enrique se convirtió al catolicismo, declarando: "París vale una misa". En 1598 promulgó el Edicto de Nantes, que concedía tolerancia religiosa a los protestantes.