Crisis de Abisinia

Crisis de Abisinia de 1935 Resumen

La Crisis de Abisinia de 1935 fue una mezcla de las ambiciones imperiales del primer ministro italiano Benito Mussolini y la incapacidad de la Sociedad de Naciones para responder a las crisis mundiales de la década de 1930.

Tras una década de liderazgo fascista de Mussolini, se decidió que era hora de vengar la derrota italiana en Abisinia en la Primera Guerra Italo-Abisinia de 1895-86. La venganza no era la única razón. Italia era consciente de que las campañas coloniales europeas en África habían beneficiado a países como Gran Bretaña y Francia. Con mucho menos territorio en África que estos otros estados europeos, Italia pretendía reclamar todo el territorio de Abisinia.

Fig. 1: Benito Mussolini

En 1934, Italia invadió Abisinia a través de su colonia, la Somalilandia italiana. Los abisinios no tenían ninguna posibilidad. Sus ejércitos desorganizados y su tecnología anticuada no eran rivales para los lanzallamas y más de 500 aviones de combate italianos. En la mayoría de los casos, los soldados abisinios luchaban con lanzas y arcos o con armas obsoletas de pólvora negra.

Mientras tanto, la Sociedad de Naciones condenó la campaña italiana e impuso sanciones económicas a Italia. Eran sanciones sólo de nombre, pues nunca se aplicaron plenamente y no hicieron nada para perjudicar el esfuerzo bélico italiano, y Abisinia fue ocupada por Italia.

Causas de la crisis abisinia

Primera guerra italo-abisinia

Al igual que Gran Bretaña y Francia, Italia también desarrolló un apetito colonialista. En un principio, Italia se había fijado como objetivo el Cuerno de África y, durante la Lucha por África, había ocupado Somalilandia y Eritrea en 1889-90. Pero esto no era suficiente. Italia quería más. Abisinia era lo siguiente. Ocupando Abisinia, Italia sería la fuerza dominante en África Oriental.

El plan estaba fijado. Italia debía ocupar Abisinia. Italia comenzó su invasión de Abisinia en enero de 1895. La Primera Guerra Italo-Abisinia se prolongó durante casi dos años. A pesar de su superioridad tecnológica, los ejércitos italianos eran ampliamente superados en número por cerca de 1 a 6. El ejército italiano contaba con hasta 30.000 hombres, mientras que los abisinios habían reunido a más de 190.000 hombres. La guerra terminó en 1896, tras la decisiva victoria abisinia en la batalla de Adwa.

La humillación en África se quedó con los italianos. Mientras sus contemporáneos, Gran Bretaña y Francia, colonizaban la mayor parte de África, Italia fue la única potencia colonial que sufrió una derrota tan humillante.

Fig. 2: Batalla de Adwa, los abisinios derrotan a los italianos

Mussolini y las conquistas italianas

En los albores del siglo XX, Italia reclamó Libia, que pertenecía al Imperio Otomano. ¿El argumento de Italia? Como supuesta sucesora del Imperio Romano, Italia se sentía con derecho a todos los territorios que antes formaban Roma. Italia y el Imperio Otomano entraron en guerra en 1911 e Italia salió victoriosa. Se llevó Libia y las islas del Dodecaneso en el mar Egeo como premio.

Cuando Mussolini llegó al poder, Italia ya había empezado a recuperar algunos de los territorios que una vez fueron del Imperio Romano. Todo lo que Mussolini tenía que hacer era seguir sumando éxitos a las campañas de Italia.

En 1923, un general italiano, Enrico Tellini, junto con su estado mayor, fue asesinado mientras se encontraba en Grecia, intentando resolver una disputa fronteriza con Albania. Italia respondió con un ultimátum que Grecia rechazó.

Fig. 3: General Enrico Tellini, el mártir que provocó el Incidente de Corfú

La negativa a aceptar los términos del ultimátum instó a Mussolini a lanzar un ataque contra la isla de Corfú. Italia acabó bombardeando y posteriormente ocupando la isla. La Sociedad de Naciones condenó el bombardeo de Corfú como una atrocidad y exigió a Italia que se retirara. Mussolini no hizo caso y la Sociedad de Naciones no castigó a Italia.

Fig. 4: La isla de Corfú (en rojo)

El incidente de Corfú fue una crisis a escala relativamente pequeña que no puso necesariamente a prueba a la Sociedad de Naciones. Surgiría una nueva crisis que aseguró a Mussolini que la Sociedad de Naciones era realmente impotente.

Japón invadió la región china de Manchuria en 1931. Un miembro de la Sociedad de Naciones había invadido a otro, y aun así, la Sociedad no actuó. Esto dio a Mussolini la idea de que si la Liga, que funcionaba sobre todo con la burocracia europea, no se interesaba por la política de la lejana Asia, ¿por qué iban a interferir en una guerra con Abisinia?

Segunda guerra italo-abisinia

El 5 de diciembre de 1935, los ejércitos italianos invadieron Abisinia e instigaron la Segunda Guerra Italo-Abisinia. La guerra se prolongó durante más de un año y fue testigo de una diezmación casi completa del ejército etíope. A diferencia de la primera guerra italo-abisinia, los etíopes no fueron rivales para la superioridad tecnológica de los italianos. Contra casi 600 aviones militares, hasta 800 tanques y soldados italianos totalmente equipados, los etíopes poco pudieron hacer, pues sólo una parte de su ejército estaba provista de armas de fuego.

Fig. 5: Soldado abisinio huyendo del gas mostaza

Además, los italianos cometieron atrocidades mientras invadían Abisinia, como decapitaciones, torturas, ejecuciones sumarias y el uso de gas mostaza.

Cuando terminó la guerra, el emperador de Abisinia Haile Selassie se exilió, mientras Italia añadía Abisinia al África Oriental Italiana, parte del Imperio Italiano. Mussolini había vengado la derrota de Italia en 1896.

Fig. 6: Una unidad de la artillería italiana en la Segunda Guerra Italo-Abisinia

Crisis abisinia Liga de las Naciones

La Sociedad de Naciones condenó la acción de Mussolini, pero eso fue todo. Italia fue sancionada por la Sociedad de Naciones y principalmente por Gran Bretaña y Francia, pero estas sanciones fueron inútiles y poco prácticas. A pesar de calificarla de sanción económica, Italia nunca fue sancionada en materia de carbón, hierro, acero o petróleo: todos ellos materiales de guerra esenciales.

Dos de los actores clave de la Sociedad de Naciones, Gran Bretaña y Francia, no deseaban convertir en enemigo a Italia, una economía y potencia militar emergentes. Además, al utilizar el Canal de Suez, Gran Bretaña y Francia tendrían que pasar por el África Oriental italiana. Sin embargo, debido a sus sanciones y condenas, Italia abandonó de todos modos la Sociedad de Naciones el 17 de diciembre de 1937, exactamente dos años después de la invasión de Abisinia.

Consecuencias de la crisis abisinia

Una consecuencia de la Crisis de Abisinia fue que la confianza de Mussolini se infló aún más. Al dominar Abisinia y desafiar a la Sociedad de Naciones, parecía que Mussolini era imparable.

Y lo que es más importante, Abisinia demostró a todos los países del mundo que la Sociedad de Naciones era incapaz o no estaba dispuesta a defender su código de protección de los países menos poderosos. Muy pronto comenzó la Segunda Guerra Mundial y la Crisis de Abisinia quedó eclipsada.