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La Tercera Cruzada
Habían pasado casi 100 años desde que el grito de guerra del papa Urbano II en 1096 provocara la Primera Cruzada. La gloria de la conquista inicial de Jerusalén y la Tierra Santa no era más que un recuerdo lejano. A finales del siglo XI, grandes extensiones de Levante y del reino de Jerusalén estaban bajo el control del sultán musulmán Saladino. Éste creó la dinastía abbuyí para sustituir a los fatimíes de Egipto en 1171. Este imperio se convirtió en una preocupación creciente para los dirigentes latinos y occidentales.
La preocupación se convirtió en indignación y acción tras los acontecimientos de 1187. Tras la aniquilación de los hombres de Guy de Lusignan en la batalla de Hattin, el sultán borró los logros conseguidos por las cruzadas originales. Casi todos los estados cruzados de Trípoli, Antioquía y Jerusalén se habían perdido y, lo que era más importante, la propia Ciudad Santa ya no estaba en manos de la cristiandad. Esto hizo saltar las alarmas en todo el mundo cristiano y, poco después, el papa Gregorio VIII emitió una bula papal. La Tercera Cruzada había comenzado.
Bula papal
Decreto oficial enviado por el Papa a la Iglesia católica latina.
Sultán
Rey o líder musulmán.
Cronología de la Tercera Cruzada
Ahora que tenemos una idea de la tarea que se impusieron los cruzados, veamos algunos acontecimientos importantes de la Tercera Cruzada.
Fecha | Evento |
Septiembre de 1189 | Ricardo I, o Ricardo Corazón de León, se convirtió en el nuevo rey de Inglaterra tras la muerte de Enrique II. Junto con el rey Felipe II de Francia, prestó juramento y decidió ir a la Cruzada. |
Septiembre de 1189 - Marzo de 1190 | Ricardo I y Felipe II llegaron a Sicilia, en el Mediterráneo. Ocuparon y controlaron la isla, pero se produjeron los primeros signos de división y disputa entre los dos hombres, que habían tomado rutas diferentes antes de pasar juntos el invierno. |
Junio de 1190 | Mientras intentaba unirse a las fuerzas francesas e inglesas, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico Barbarroja, se ahogó en Asia Menor. Como consecuencia, Leopoldo V, duque de Austria, pasó a dirigir las fuerzas del Sacro Imperio Romano Germánico. |
Marzo de 1191 | Felipe II zarpó hacia Acre, donde las fuerzas de Guy de Lusignan ya estaban luchando contra Saladino para recuperar el reino de Jerusalén. Acre estaba sitiada por los cruzados cuando Felipe llegó en abril. Se había llegado a un punto muerto desde que comenzó la ofensiva de Guy en 1189. |
Mayo de 1191 | Ricardo decidió tomar la estratégica isla de Chipre. Resultó ser una valiosa base para suministros y tropas. Allí se reunió con Guy de Lusignan y le juró lealtad. Esto era importante porque el rival de Guy, Conrado de Montferrato, había conservado el control de Tiro y era, por tanto, una amenaza política. |
Junio de 1191 | Finalmente, partiendo hacia Acre, Ricardo llegó a la ciudad el 8 de junio. Encontró un ejército cruzado fragmentado; Guy contra Conrado y Felipe de Francia contra él. A pesar de ello, los cruzados tomaron Acre en julio, siendo clave la destreza militar de Ricardo Corazón de León. Felipe II cayó enfermo y regresó a casa para tratar un problema de sucesión en su Francia natal. |
Septiembre de 1191 | Con la cola levantada, los cruzados continuaron hacia otra ciudad costera y se enzarzaron en la batalla de Arsuf. Salieron victoriosos una vez más, pero Saladino había conseguido al menos detener el avance de los cruzados hacia Jaffa, que ahora ocupaban. |
Enero de 1192 | Jerusalén estaba ahora en el orden del día, pero Ricardo decidió no realizar una invasión por temor a que sus fuerzas quedaran aisladas tierra adentro. En su lugar, se dirigió hacia Ascalón. |
Julio de 1192 | Saladino atacó por sorpresa Jaffa, pero los cruzados se movilizaron. Aplastaron a las fuerzas de Saladino, y el sultán no tuvo más remedio que negociar el Tratado de Jaffa. Ambos bandos estaban magullados y exhaustos, pero las ciudades cruzadas de la costa estaban ahora aseguradas. |
Así pues, la Tercera Cruzada supuso una serie de victorias para los cruzados. Aun así, su objetivo final había fracasado: reconquistar la Ciudad Santa. Sin embargo, hubo una especie de venganza durante su mejor momento de la Tercera Cruzada, el Asedio de Acre.
Asedio de Acre (1189 - 1191)
Acre estaba sitiada por las fuerzas de Guy de Lusignan desde 1189. Tras haber perdido Jerusalén y muchos otros bastiones vitales de su reino, Guy, el rey de Jerusalén, se encontraba metafóricamente sin hogar. Para agravar esta situación, su rival Conrado de Montferrato mantenía la posesión de Tiro. Sin embargo, no podía imponerse a Saladino sin ayuda.
Las fuerzas cruzadas del Sacro Imperio Romano Germánico reforzaron el asedio en 1190. Aun así, cuando llegó 1191, ninguno de los dos bandos dominaba. Ricardo Corazón de León y los hombres de Felipe II permitieron a los cruzados bloquear el puerto y atrapar a los musulmanes de Saladino. Los ingleses y franceses también aportaron armamento más sofisticado para la guerra de asedio. En julio de 1191, la resistencia de la guarnición de Acre había disminuido. La bandera del Sacro Imperio Romano Germánico ondeaba sobre la ciudad, pero Ricardo la arrió en favor de una inglesa. Este desacuerdo provocó el secuestro y extorsión de Ricardo por el nuevo emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Enrique VI, en su viaje de regreso a Inglaterra.
Tras el sitio de Acre, Ricardo I intentó hacer un trueque con Saladino, que ahora tenía numerosos prisioneros de guerra. Le pidió un fragmento de la codiciada Vera Cruz, prisioneros cristianos y una recompensa económica.
La Vera Cruz
La cruz utilizada durante la crucifixión de Jesucristo.
Saladino no pestañeó, y cuando se cumplió el plazo para el intercambio, los hombres de Ricardo ejecutaron a unos 2.700 musulmanes. Este acontecimiento se conoce como la Masacre de Ayyadieh en 1191. Los historiadores le han condenado habitualmente por ello, pero el historiador Sean McGlynn sugiere que lo reconsideremos con una perspectiva más equilibrada.
Se podría argumentar fácilmente que la decisión de Ricardo hizo de una dura necesidad una viciosa virtud, aunque ello no justifique sus acciones desde un punto de vista moderno.1
También debemos recordar que la derrota en la batalla de Hattin en 1187 era reciente para los cruzados, y la venganza estaba en sus mentes.
Los líderes de la Tercera Cruzada
Ahora ya conocemos la cronología de la Tercera Cruzada. Hagamos un perfil de algunos de los líderes clave del conflicto y comprendamos cómo sus personalidades influyeron en los acontecimientos.
Líder | Puntos fuertes | Defectos | Impacto |
Ricardo Corazón de León | Ricardo tenía formación militar y luchó desde muy joven, siendo comandante a los 16 años. Su sola presencia en Acre y en las batallas posteriores hizo retroceder a los musulmanes y les infundió miedo. | Rey impulsivo, Ricardo abandonó sus deberes por plácemes militares. Esto dejó su reino hecho un desastre cuando regresó. También disgustó a sus aliados y fue secuestrado por el nuevo emperador del Sacro Imperio Romano Germánico cuando regresaba a Inglaterra. | El impacto de Ricardo en la Tercera Cruzada es innegable. Fue él quien ayudó a romper Acre y a mostrar la seriedad de los cruzados con la masacre. También negoció el Tratado de Jaffa, pero su indecisión hizo que los cruzados no atacaran la ciudad santa. |
Filipo II | Felipe era más pragmático que su homólogo inglés. Antepuso su país a la gloria y abandonó la Cruzada cuando surgieron dudas internas, tras haber desempeñado un papel clave en Acre. | En medio de la preocupación por la sucesión en Flandes, Felipe II no se comprometió con la Cruzada. También había caído enfermo y era consciente de que las posesiones inglesas en Francia podían ser atacadas en ausencia de Ricardo. | Aunque tuvo rencillas con Ricardo Corazón de León, Felipe II desempeñó un papel vital en la Tercera Cruzada. Llegó a Acre para ayudar a las cansadas tropas de Guy y del Sacro Imperio Romano Germánico. También dejó a sus 10.000 hombres en Levante cuando regresó a casa. |
Saladino | El sultán musulmán era formidable en la época de la Tercera Cruzada. Había puesto fin a casi un siglo de ocupación cristiana de la Ciudad Santa (Jerusalén) en 1187. Su dinastía abbuyí gobernaba zonas que incluían Egipto, Siria y Mesopotamia. | Antes de que llegaran los refuerzos occidentales, Saladino tuvo la oportunidad de dominar completamente el reino de Jerusalén. Su fracaso en la toma de Tiro y su misericordia al negarse a matar a Guy de Lusignan o a masacrar a los cristianos dejaron rescoldos de disidencia que volverían a unirse contra él. | Saladino tuvo un claro impacto en la Tercera Cruzada como comandante de las fuerzas musulmanas. Mostró una insensible indiferencia hacia la vida cuando no pagó el rescate pedido por Ricardo Corazón de León a cambio de sus hombres. Sin embargo, conservó la Ciudad Santa y mostró diplomacia al permitir que los cruzados visitaran Jerusalén tras el Tratado de Jaffa. |
La complicada composición de cada líder parecía anularse mutuamente. En última instancia, condujo a una Tercera Cruzada sin un claro vencedor.
Fuentes primarias de la Tercera Cruzada
Dado el tiempo transcurrido desde las Cruzadas, gran parte de nuestros conocimientos sobre ellas proceden de fuentes primarias. Examinemos algunas de ellas y comentemos su importancia.
Nuestro pueblo mantuvo la ciudad de Jerusalén durante unos ochenta y nueve años [...] En poco tiempo, Saladino había conquistado casi todo el reino de Jerusalén. Exaltó la grandeza de la ley de Mahoma y demostró que, a la postre, su poderío superaba al de la religión cristiana.2
- Relato anónimo,"De Expugatione Terrae Sanctae per Saladinum: Captura de Jerusalén por Saladino", 1187
Cada persona dará en caridad la décima parte de sus rentas y bienes muebles para la toma de la tierra de Jerusalén.3
- Enrique II, "El diezmo de Saladino", 1188
Dierongracias de corazón, pues, con la aprobación de la gracia divina, se vengaban en especie de la muerte de los cristianos.4
- Relato anónimo, "Itinerarium Peregrinorum et Gesta Regis Ricardi: Rehenes musulmanes muertos en Acre", 1191.
Estas fuentes primarias muestran claramente cómo la religión se entrelazaba con la identidad y el orgullo. El dominio musulmán en el siglo XII y la Caída de Jerusalén en 1187 fueron una estafa a la legitimidad del cristianismo. La promesa de Enrique II de pagar impuestos por una costosa campaña lo subraya. Así, el momento de la sangrienta venganza en la masacre de Acre se representa como un momento de salvación, ahorrándose los detalles espeluznantes.
Debemos recordar que todas estas son fuentes cristianas. La escasez de relatos musulmanes puede haber hecho que nuestra comprensión de las Cruzadas adolezca de parcialidad.
Resultados de la Tercera Cruzada
Por último, debemos examinar los resultados de la Tercera Cruzada y sus consecuencias inmediatas. En primer lugar, debemos examinar los puntos más destacados del Tratado de Jaffa, el acuerdo entre Ricardo Corazón de León y Saladino tras la batalla de Jaffa en 1192.
- Los cruzados ganaron las ciudades costeras de Acre, Asluf y Jaffa. También conservaron su bastión de Tiro.
- Los musulmanes mantuvieron el control de Jerusalén, pero permitieron las peregrinaciones cristianas a la Ciudad Santa, demostrando su capacidad para coexistir.
- Al caer enfermo Ricardo, se acordó un alto el fuego de tres años.
El Tratado dejó sin cicatrizar muchas heridas de la Tercera Cruzada, como sugiere el historiador Andrew Lawler.
Este acuerdo enfureció a muchos cristianos y musulmanes por igual. Durante el siglo siguiente, los europeos, superados en número, recurrieron tanto a la diplomacia como a la lucha para recuperar el control de un trozo de tierra cada vez más pequeño a lo largo de la costa.5
Así, la Tercera Cruzada resultaría ser un capítulo más en el catálogo de conflictos entre ambas religiones.
Tercera Cruzada - Puntos clave
- Cuando las fuerzas musulmanas de Saladino reconquistaron Jerusalén en 1187, el Papa Gregorio VIII hizo una llamada a las armas en todo el reino latino, pidiendo a los guerreros cristianos que participaran en la Tercera Cruzada.
- Fuerzas de Francia, Inglaterra y el Sacro Imperio Romano Germánico se unieron al rey de Jerusalén, Guy de Lusignan, en el sitio de Acre de 1191.
- Los cruzados vencieron en Acre e intentaron negociar con Saladino. Sin embargo, la obstinación del líder musulmán provocó la despiadada matanza de 2.700 prisioneros musulmanes en la Masacre de Ayyadieh en 1191.
- Ricardo Corazón de León condujo a las tropas a la victoria en Asluf y Jaffa antes de negociar un tratado de paz en 1192. Éste otorgaba a los cruzados las ciudades costeras del reino, pero Saladino conservaba el control de Jerusalén.
- Ninguna de las partes quedó satisfecha con el tratado, aunque ahora los cristianos podían rendir culto en Jerusalén. Esto significaba que los conflictos futuros eran inevitables.
Referencias
- Sean McGlynn, "La masacre de Corazón de León", Guerra Medieval, Vol. 4, nº 5, Tema - Ricardo I en el Mediterráneo (2014), pp. 20-24.
- De Expugatione Terrae Sanctae per Saladinum, [La captura de Tierra Santa por Saladino], ed. Joseph Stevenson, Rolls Series, (Londres: Longmans, 1875), traducido por James Brundage, The Crusades: A Documentary History, (Milwaukee, WI: Marquette University Press, 1962), 159-63.
- William Stubbs, ed., Select Charters of English Constitutional History, (Oxford: Clarendon Press, 1913), p. 189; reimpreso en Roy C. Cave & Herbert H. Coulson, A Source Book for Medieval Economic History, (Milwaukee: The Bruce Publishing Co., 1936; reimpresión, Nueva York: Biblo & Tannen, 1965), pp. 387-388.
- Itinerarium Peregrinorum et Gesta Regis Ricardi, ed.: William Stubbs. William Stubbs, Rolls Series, (Londres: Longmans, 1864) IV, 2, 4 (pp. 240-41, 243), traducido por James Brundage, The Crusades: A Documentary History, (Milwaukee, WI: Marquette University Press, 1962), 183-84.
- Andrew Lawler, "Reimaginar las Cruzadas", Arqueología, Vol. 71, nº 6 (noviembre/diciembre de 2018), pp. 26-35.
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