La "Valedicción que prohíbe el luto" se considera uno de los poemas metafísicos más famosos y utiliza varias metáforas, así como una idea central.
Como los hombres virtuosos pasan suavemente
Y susurran a sus almas que se vayan,
Mientras algunos de sus tristes amigos dicen
El aliento se va ahora, Y otros dicen: No:
Así que fundámonos y no hagamos ruido,
Ni lágrimas, ni suspiros;
Sería profanar nuestras alegrías
Decir a los laicos nuestro amor.
El movimiento de la tierra trae daños y temores,
Los hombres calculan lo que hizo y significó;
Pero el temblor de las esferas,
Aunque mayor, es inocente.
El aburrido amor de los amantes sublunares
(cuya alma es el sentido) no puede admitir
la ausencia, porque elimina
Aquellas cosas que lo elementaron.
Pero nosotros por un amor tan refinado
que nosotros mismos no sabemos lo que es,
Inter-asegurado de la mente,
nos preocupamos menos de que falten los ojos, los labios y las manos.
Nuestras dos almas, pues, que son una,
Aunque deba partir, no soporten aún
Una brecha, sino una expansión,
Como el oro a la delgadez del aire.
Si son dos, son dos
Como son dos las rígidas brújulas gemelas;
Tu alma, el pie fijo, no hace ademán
de moverse, pero lo hace, si el otro lo hace.
Y aunque se sienta en el centro
pero cuando el otro se aleja,
se inclina y escucha tras él,
y se pone erguida cuando vuelve a casa.
Así serás para mí, que debo,
como el otro pie, correr oblicuamente;
Tu firmeza hace justo mi círculo
Y me hace terminar donde empecé.