¿Cuáles son los síntomas más comunes de la fibrosis quística?
Los síntomas más comunes de la fibrosis quística incluyen dificultad para respirar, infecciones pulmonares frecuentes, tos persistente con flema, crecimiento deficiente en niños, obstrucción intestinal, heces grasosas y saladas al sudar. También puede haber problemas digestivos debido a insuficiencia pancreática.
¿Cómo se diagnostica la fibrosis quística?
La fibrosis quística se diagnostica mediante pruebas de detección de cloruro en el sudor, que mide el alto nivel de sal, y mediante análisis genéticos para identificar mutaciones en el gen CFTR. Asimismo, se realizan exámenes prenatales y de diagnóstico neonatal a través de la prueba del talón en recién nacidos.
¿Cuál es el tratamiento más efectivo para la fibrosis quística?
El tratamiento de fibrosis quística incluye terapia pulmonar (fisioterapia respiratoria), administración de medicamentos como antibióticos, mucolíticos y moduladores CFTR, y una dieta adecuada. Los moduladores CFTR (ej. ivacaftor, lumacaftor/ivacaftor) son especialmente efectivos para mutaciones específicas del gen CFTR.
¿Existen complicaciones a largo plazo asociadas a la fibrosis quística?
Sí, las complicaciones a largo plazo de la fibrosis quística pueden incluir infecciones pulmonares recurrentes, diabetes relacionada con la fibrosis quística, problemas hepáticos, insuficiencia pancreática, y reducida función pulmonar. Además, pueden presentarse problemas óseos, infertilidad en hombres y una esperanza de vida reducida.
¿Es posible prevenir la fibrosis quística?
No, actualmente no es posible prevenir la fibrosis quística, ya que es una enfermedad genética. Sin embargo, las pruebas genéticas pueden identificar a los portadores potenciales, lo que puede ayudar en el asesoramiento genético a parejas que deseen conocer su riesgo antes de tener hijos.