Estados de flujo

Estados de flujo: Definición

Para todos nosotros, ciertas tareas o trabajos son sencillamente más agradables que otros. Puede que odies arrancar las malas hierbas del jardín para tu madre, y que cuentes los momentos que faltan para terminar la tarea. Treinta minutos en el jardín pueden parecerte una eternidad. Por otra parte, puede que te encante el cálculo y esperes con impaciencia tus tareas y deberes.

Instalado en la biblioteca, te quedas tan absorto en tus deberes que te sobresaltas al levantar la vista y comprobar que han pasado tres horas y la biblioteca se ha diluido. Ni siquiera te diste cuenta del paso del tiempo ni del movimiento de la gente a tu alrededor cuando recogían y se iban. Esto se debe a que estabas en estado de flujo .

El flujo es un estado muy beneficioso para la mayoría de nosotros. Sin embargo, puede haber ocasiones en las que estar tan absorto en algo puede tener efectos adversos. Como en 2009, cuando dos pilotos volaron más de 150 millas más allá de su destino. Estaban tan absortos en sus iPads que ni siquiera se dieron cuenta de las notificaciones del control de tráfico aéreo. En este caso, ¡el flow hizo que los despidieran a los dos!

Fig. 1 La actividad del estado de flujo se encuentra en nuestro córtex frontal

Durante los estados de flujo, se reduce la actividad en la corteza frontal. El córtex frontal es la parte del cerebro implicada en tareas ejecutivas como el control de los impulsos, la resolución de problemas, la interacción social y la atención. Una reducción de la actividad en esta zona reduce realmente el pensamiento autorreferencial. Por eso sentimos que nos perdemos a nosotros mismos, o incluso al mundo que nos rodea, cuando estamos en estado de flujo. En realidad, esta reducción de la actividad del córtex frontal hace que tengamos más recursos y energía para los procesos implícitos, como realizar tareas.

Estados de flujo: Ejemplos

Podemos entrar en un estado de flujo haciendo prácticamente cualquier cosa. En los estados de flujo, agudizamos nuestra atención en una tarea específica, lo que reduce nuestra conciencia de los estímulos externos. Los sonidos y movimientos que nos rodean no tiran de nuestra atención del mismo modo que cuando estamos en un estado normal de consciencia. Durante los estados de flujo, tenemos una conciencia reducida del paso del tiempo e incluso de nosotros mismos. ¿Alguna vez te has concentrado intensamente en un libro y has entrado en un estado de flujo, sólo para encontrarte sentado encorvado de forma extraña y preguntándote cuánto tiempo llevas sentado así? El flujo puede causar estragos en nuestra postura, ¡o incluso hacer que nos saltemos una comida y acabemos hambrientos!

Muchas cosas pueden producir un estado de flujo. Como las personas tenemos un número infinito de intereses, hay un número infinito de situaciones en las que podemos experimentar el flujo.

Podemos caer en un estado de flujo realizando actividades creativas.

Te sorprenderá lo fácil que puede ser caer en un estado de flujo. Basta con realizar tareas cotidianas sencillas para provocarlo.

Beneficios de los estados de flujo

El descanso y la ociosidad son importantes, pero en realidad son perjudiciales en exceso. Necesitamos compromiso, sobre todo del tipo que produce estados de flujo.

Los estados de flujo se producen cuando estamos profundamente comprometidos con algo. Nos ayudan a identificar nuestro propósito en la vida, y la gente necesita un trabajo con propósito. El trabajo con propósito nos hace sentir más útiles y realizados. En un estudio de Dik y Duffy (2012) y Wrzesniewski y Dutton (2001) se pidió a los sujetos que clasificaran su profesión en un trabajo, una carrera o una vocación. Los que consideraban su profesión como una vocación manifestaron el mayor nivel de satisfacción laboral y vital.

Los estados de flujo aumentan nuestra sensación de bienestar, competencia y autoestima. En un estudio de gemelos, Mosing et al. (2018) descubrieron una reducción del riesgo de depresión y agotamiento en las personas que experimentaban estados de flujo con frecuencia.

Estados de flujo: Desencadenantes

Ciertas cosas pueden dificultarnos la entrada en los estados de flujo, y puede que ya tengas una idea de cuál podría ser una de ellas. Si has adivinado tu smartphone, has dado en el clavo. Nos bombardean con distracciones a través de nuestros teléfonos y las redes sociales. Cada vez que hacemos una pausa en lo que estamos haciendo para mirar el teléfono, tenemos que volver a centrar nuestra atención y reanudar nuestra línea de pensamiento anterior.

Lleva tiempo y energía hacer este constante ir y venir. Nos interrumpe o nos impide entrar en un estado de flujo y reduce nuestras posibilidades de retener el material en el que intentamos centrarnos. Un método más eficaz es hacer pausas programadas para consultar las redes sociales y nuestros teléfonos y dejar de lado las distracciones durante períodos más largos.

¿Cómo podemos desencadenar realmente un estado de flujo? Una forma útil es intentar adaptar tu trabajo a tus intereses.

Buckingham y Donald Clifton (2001) propusieron cuatro preguntas para ayudar a orientar tu intersección única de intereses y trabajo.

1. ¿Qué actividades me gustan? ¿Te gustan los proyectos creativos? ¿Eres un ratón de biblioteca? ¿Te gustan las cosas físicas como la danza, los deportes o las artes marciales? ¿Eres adicto a tu juego de química?

2. ¿Qué actividades estás deseando repetir una y otra vez? El trabajo ocupa una enorme cantidad de nuestro tiempo en educación, formación y práctica. ¿Qué te deja con ganas de volver a hacer y no con ganas de acabar?

3. ¿Qué tipo de retos me gustan? ¿Te gustan los retos físicos? ¿La resistencia mental o los retos intelectuales? Por muy inteligentes o informados que estemos, todos nos enfrentaremos a retos y contratiempos en nuestras actividades. ¿Qué tipo de retos refuerzan realmente tu interés por algo?

4. ¿Qué tareas o materias aprendo con facilidad? Nuestra capacidad para aprender bien y con facilidad tiene mucho que ver con nuestro interés y compromiso con un tema.

Si la respuesta a todas estas preguntas es una actividad o materia concreta, profundiza en ella. Lo más probable es que ya hayas experimentado estados de flujo mientras lo hacías. Son tus puntos fuertes en acción. Dik & Rottinghaus (2013) y Stoll et al. (2017) descubrieron que, en realidad, nuestros intereses son excelentes para predecir nuestras futuras trayectorias vitales y profesionales.

Actividades en estado de flujo

Algunas actividades tienen más probabilidades de animarnos a entrar en un estado de flujo. Pueden ser actividades físicas, intelectuales, creativas o sociales.

Fig, 2 Algunas actividades pueden favorecer el estado de flujo

Actividades físicas

Intenta salir a correr o nadar por tu cuenta. Deja los auriculares en casa durante la carrera para fomentar la atención concentrada de los estados de flujo. La respiración constante y la naturaleza rítmica de ciertas actividades físicas pueden ayudar a que el mundo se desvanezca y a centrar nuestra atención.

Intelectual

Haz un puzzle o escribe una entrada en un diario. Centrarse en la escritura permite que nuestros pensamientos tomen el control. Hacer ejercicios intelectuales como rompecabezas requiere el tipo de atención concentrada que reduce nuestra conciencia de los estímulos externos.

Creativo

¡Saca los lápices de colores o las pinturas! Las actividades creativas favorecen notablemente el flujo. Podemos lograr la misma experiencia de que el mundo externo se desvanece cuando nos enfrascamos en encontrar una imagen en un lienzo en blanco o en tocar una pieza musical al piano.

Social

Prueba un deporte de grupo. Los deportes son extraordinariamente buenos a la hora de reunir a la gente para trabajar por un objetivo específico y compartido. Estas actividades requieren centrar la atención en el juego y también en los miembros de cada equipo. Muchos deportistas profesionales hablan de estar "en la zona". La "zona" es el estado de flujo.