Terapias conductuales

Definición de terapia de conducta

No todas las psicoterapias son iguales. Mientras que algunas psicoterapias se centran en tratar la mente para cambiar la conducta de una persona, la terapia conductual cree que debe tratarse la propia conducta. Las terapias conductuales funcionan bajo el supuesto de que si una conducta puede aprenderse, entonces puede desaprenderse.

La terapia de conducta se utiliza principalmente para tratar la depresión, la ansiedad, los trastornos de pánico, la ira excesiva, la ansiedad social, el trastorno por consumo de sustancias, el trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). La terapia de conducta también suele utilizarse para ayudar a tratar a niños y adolescentes, ya que son más maleables en comparación con los adultos.

Técnicas de terapia conductual

La terapia de conducta se basa en los dos conceptos principales del conductismo: el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante.

Técnicas de condicionamiento clásico

Las técnicas de condicionamiento clásico se basan en el trabajo de Ivan Pavlov, más conocido por su trabajo de condicionamiento de perros. En estos experimentos, Pavlov revela que podemos aprender comportamientos y emociones mediante el condicionamiento clásico.

Las terapias conductuales que utilizan el condicionamiento han dado buenos resultados en casos como la enuresis. A los niños se les despierta con un sensor que detecta la humedad para que, con el tiempo, aprendan que mojar la cama significa perder el sueño. Otras formas de terapias conductuales que utilizan técnicas de condicionamiento clásico son las terapias de exposición y las terapias de condicionamiento aversivo, pero hablaremos de ellas más adelante.

Técnicas de Condicionamiento Operante

Basadas en el trabajo de B. F. Skinner y la "caja de Skinner", las técnicas de condicionamiento operante utilizan reforzadores positivos y negativos para promover conductas deseadas o disminuir conductas no deseadas (Skinner, 1948)^.1

La idea es que cuando una conducta es recompensada, es más probable que la repitamos. Sin embargo, si se castiga nuestra conducta, es menos probable que las repitamos. La terapia conductista que utiliza técnicas de condicionamiento operante es la terapia de modificación de conducta.

Tipos de terapia conductual

Exploremos ahora algunos de los tipos de terapia conductual mencionados: la terapia de exposición, la terapia de condicionamiento aversivo y la terapia de modificación de conducta.

La terapia de exposición puede reducir los miedos y las fobias, Pixabay.

Terapia de exposición

Las terapias de exposición utilizan un método llamado contracondicionamiento, un concepto desarrollado originalmente por Mary Cover Jones. Mientras trabajaba con un niño de tres años llamado Peter, Jones consiguió ayudarle a librarse de su miedo a los conejos (Jones, 1924). Para ello, creó un entorno relajante para Peter mientras le acercaba poco a poco el conejo peludo. Al final, Peter cogía y acariciaba al conejo sin angustia. El contracondicionamiento de Jones estableció el marco para la desensibilización sistemática .

El objetivo es decirle a tu mente y a tu cuerpo que estás a salvo imaginándote en una situación angustiosa, pero utilizando estrategias de atención plena para mantener la calma. El terapeuta suele guiar esto recordando suavemente al cliente que vuelva a centrarse si empieza a alterarse. El objetivo es que la persona acabe asociando la calma con una situación previamente angustiosa, lo que le dará más confianza cuando se encuentre realmente en esa situación. Esta práctica ha demostrado ser especialmente útil en los trastornos de ansiedad.

La idea es que una persona no puede estar ansiosa y relajada al mismo tiempo: una anula a la otra. Sin embargo, la clave es que el terapeuta adopte un enfoque gradual. Para ello, el cliente debe clasificar las situaciones que le provocan ansiedad de leves a graves. De este modo, puede conquistar primero las situaciones más fáciles e ir ascendiendo hacia situaciones más difíciles. En el ejemplo anterior, alguien puede empezar simplemente haciendo una pregunta en una clase pequeña e ir ascendiendo hasta hacer una presentación en clase.

Terapia de condicionamiento aversivo

Mientras que el objetivo de las terapias de exposición es aumentar las conductas que debes hacer, el objetivo de la terapia de condicionamiento aversivo, otra técnica de condicionamiento clásico, es disminuir las conductas que no debes hacer.

Con el tiempo, la persona empieza a asociar su comportamiento nocivo con una consecuencia negativa que, a su vez, debería disminuir ese comportamiento. Esto se ha utilizado más a menudo como forma de tratar el trastorno por consumo de alcohol, en el que el terapeuta le da a la persona bebidas con un fármaco que produce náuseas intensas. La esperanza es que la persona asocie el alcohol con las náuseas hasta el punto de que deje de desearlo. Sin embargo, este método sólo ha tenido éxito a corto plazo en los trastornos por consumo de alcohol y todavía no ha producido efectos fuertes a largo plazo.

Náuseas por terapia de aversión al alcohol, Freepik.

Terapia de modificación de conducta

Otro tipo de terapia conductual es la terapia de modificación de conducta, que se basa en técnicas de condicionamiento operante. La terapia de modificación de conducta es simplemente una terapia que pretende cambiar un comportamiento no deseado. A veces puede ser intensiva, pero ha demostrado tener éxito en la modificación del comportamiento de personas con esquizofrenia o niños con trastorno del espectro autista (TEA).

Lo más probable es que todos hayamos pasado por alguna forma de modificación de conducta, sobre todo en la escuela. Nos daban una estrella dorada por recoger nuestros juguetes o un caramelo por decir una respuesta correcta. Este método refuerza los comportamientos deseables y retiene el refuerzo de los comportamientos no deseados.

En algunas formas de terapia de modificación de conducta, el terapeuta puede crear lo que se denomina una economía de fichas, en la que se utiliza algún tipo de ficha o sistema de puntos para reforzar las conductas positivas. Los puntos pueden utilizarse más tarde para canjearlos y recibir recompensas como tiempo de TV, tiempo extra de recreo o excursiones de un día. Esta técnica es estupenda para utilizarla en terapias de grupo, hogares o instituciones.

Terapia cognitivo-conductual

En muchas ocasiones, la terapia conductual puede combinarse con otros tipos de terapia.

Las terapias cognitivas pretenden cambiar el pensamiento de una persona para cambiar sus sentimientos. La terapia cognitivo-conductual reconoce que nuestros pensamientos, sentimientos y conductas interactúan entre sí para influir en nuestro bienestar psicológico.

Una de las principales críticas a la terapia conductual es la sugerencia de que las conductas aprendidas (o desaprendidas) pueden no ser duraderas. Antes hemos mencionado que la terapia aversiva no siempre produce resultados a largo plazo. La terapia cognitivo-conductual puede llenar algunas de las lagunas que le faltan a la terapia conductual mediante el beneficio añadido de alinear los pensamientos de una persona con sus conductas.

Otras críticas a la terapia conductual incluyen la afirmación de que es demasiado autoritaria. En otras palabras, tiene demasiado control sobre las acciones y elecciones de una persona. En la terapia cognitivo-conductual, sin embargo, uno de los objetivos principales es fomentar la autonomía proporcionando al cliente información y herramientas que pueda utilizar en la vida cotidiana.

La terapia cognitivo-conductual es una de las terapias más utilizadas. Se ha demostrado que es un tratamiento basado en pruebas para trastornos como

• Trastornos de ansiedad

• Trastornos bipolares

• Depresión

• Trastornos alimentarios

• Dolor crónico

• Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

• Esquizofrenia

• Trastornos del sueño

• Fobias

• Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

Terapia dialéctico-conductual

La terapia dialéctico-conductual (TDC) es otra rama de la terapia cognitivo-conductual que se creó originalmente para ayudar a tratar el trastorno límite de la personalidad. También puede ser eficaz para cambiar patrones de conducta perjudiciales o suicidas.

El objetivo de la DBT es ayudar a la persona a encontrar un camino hacia la aceptación y el cambio mejorando lo siguiente:

• La atención plena.

• La regulación emocional.

• La eficacia interpersonal.

• La tolerancia a la angustia.

La DBT puede darse en un entorno individual o de grupo, y puede incorporar el entrenamiento en habilidades o el entrenamiento individual. En cualquiera de los casos, es especialmente importante que el terapeuta cree un espacio seguro y sin prejuicios. La DBT se basa en las técnicas de la terapia conductual al identificar conductas que pueden ayudar a conseguir los objetivos de aceptación y cambio del cliente.