Agresión Institucional en el Contexto de las Prisiones

La agresión institucional en el contexto de las prisiones

Las dos principales posturas teóricas que intentan explicar la agresión institucional son las explicaciones disposicional y situacional. Un ejemplo de explicación disposicional es el modelo de importación de Irwin y Cressey (1962). Un ejemplo de explicación situacional de la agresión en las prisiones es el modelo de privación, defendido por Sykes (1958).

Modelo de Importación

John Irwin y Donald Cressey desarrollaron el modelo de importación en 1962, que fue la explicación disposicional más influyente. Se trata de la idea de que los presos"importan" sus comportamientos y rasgos depersonalidad del exterior a la prisión y siguen perpetuando estos comportamientos una vez "dentro". Intenta explicar los comportamientos agresivos en las instituciones.

Los reclusos son personas que potencialmente pueden enfrentarse a situaciones utilizando la violencia (principalmente los que tienen antecedentes de violencia), por lo que, normalmente, pueden seguir haciéndolo en prisión. Esto se debe a factores de riesgo previos a su entrada en la agresión:

• Los miembros de bandas tienden a llevar consigo sus comportamientos a la cárcel. Suelen estar expuestos a la agresión y tienen enemistades predeterminadas con otras bandas (lo que da lugar a una violencia instrumental, en la que la violencia se utiliza como herramienta premeditada).
• Los reclusos con problemas de drogadicción y síndrome de abstinencia pueden ser más propensos a caer en comportamientos agresivos.
• Los reclusos existentes utilizan la agresión para ganar poder, y los reclusos nuevos e intimidados utilizan la agresión para enfrentarse a un entorno desconocido, "la subcultura del convicto".

En pocas palabras, los reclusos predispuestos a utilizar la violencia tienen más probabilidades de hacerlo en cualquier entorno. Por tanto, la agresividad es producto de la personalidad de los reclusos, no del entorno carcelario.

Es un factor interno determinado por las características internas individuales.

Fig. 1 - El modelo de Importación sugiere que la agresividad está determinada por las personas de la prisión, no por el entorno.

Evaluación de la Agresión Institucional: Modelo de Importación de la Cultura Penitenciaria

Considera el siguiente estudio de DeLisi et al. (2004). Este estudio investigó el modelo de importación a través de los miembros de las bandas (aquellos con riesgo de mala conducta en prisión). Utilizando modelos de regresión binomial negativa, los investigadores analizaron a 831 varones del suroeste de EEUU por su violencia en prisión (utilizando registros de su participación en bandas callejeras, bandas de prisión y ambos tipos de bandas).

Descubrieron que las asociaciones a bandas eran significativamente predictivas de la violencia carcelaria sólo en el modelo completo cuando se consideraban varios tipos de pertenencia a bandas. Sin embargo, los efectos de la pertenencia eran inferiores a los de otros factores de riesgo (como la delincuencia crónica y los antecedentes de violencia.

En general, el estudio sugería que el modelo de importación no era concluyente y necesitaba más investigación, con control de variables externas (como los antecedentes delictivos y la raza).

Los que tenían problemas para vivir bajo tutela y antecedentes de violencia con miembros de su familia pasaron a ser violentos con los reclusos y el personal penitenciario (si estaban encarcelados). La mala conducta institucional indicaba que las variables proximales de la carrera delictiva estaban más asociadas a la mala conducta que los factores de origen familiar.

En general, estas experiencias de la infancia y la adolescencia dan lugar a factores disposicionales (características individuales que influyen en el comportamiento), que apoyan la idea de que la prisión en sí no es la causa de la agresión (modelo de importación del curso vital).

El modelo de importación tiene sus propios puntos fuertes y débiles.

Puntos fuertes

Camp y Gaes (2005) estudiaron a 561 reclusos con antecedentes penales y predisposiciones a la agresión similares. Colocaron a la mitad de ellos en prisiones californianas de baja seguridad y a la otra mitad en prisiones de alta seguridad. Descubrieron que el 33% de los presos de las cárceles de baja seguridad estaban implicados en conductas agresivas, al igual que el 36% de los de alta seguridad. Este resultado no fue estadísticamente significativo.

Los investigadores concluyeron que las características ambientales de las prisiones eran predicciones significativamente menos importantes de la conducta agresiva que las características de los reclusos. Esto presta cierto apoyo investigador al modelo de importación.

Puntos débiles

Como explicación alternativa, Diulio (1991) afirmó que el modelo de importación no tiene en cuenta el impacto de los funcionarios de prisiones y el funcionamiento de las prisiones. Sugirió un modelo de control alternativo (MCA ), que afirma que las prisiones mal gestionadas tienen más probabilidades de experimentar las peores formas de violencia entre reclusos.

Modelo de privación

El modelo de privación es un ejemplo de explicación situacional de la agresión en las prisiones. Sykes (1958) argumentó que las causas de la agresión institucional podían atribuirse a los entornos carcelarios resultantes de una privación de libertades, también conocida como dolores del encarcelamiento. Los dolores del encarcelamiento incluyen la privación de libertad, independencia, bienes, seguridad e intimidad heterosexual.

Sykes sugirió que las condiciones carcelarias eran estresantes para los reclusos y difíciles de sobrellevar.

Clemmer (1958) sugirió que se trata de un principio del código social del recluso, que idealiza su "comportamiento perfecto". La naturaleza de las prisiones también conduce a la agresión. Los "encierros" se utilizan a menudo para controlar el comportamiento, lo que crea frustración, reduce la estimulación de otras actividades (es decir, las distracciones) y reduce aún más el acceso a los bienes materiales.

Ésta es una receta para la violencia. En pocas palabras, la naturaleza estresante y competitiva de las prisiones lleva a los reclusos a reaccionar de forma agresiva. Es un factor externo.

Fig. 2 - El modelo de privación sugiere que las prisiones aumentan la agresividad.

Evaluación de la Agresión Institucional: El modelo de privación

Bloomberg y Lucken (2000) investigaron la privación de libertad de los presos, es decir, de su libertad. Sugirieron que ésta era una de las principales formas de castigo en el sentido de que, inherentemente, la prisión tiene que privar a aquéllos de su conjunto completo de libertades hasta cierto punto, lo que constituye un factor significativo del modelo de privación.

Puntos fuertes

Steiner (2009) investigó los factores que predecían la agresión de los reclusos en 512 prisiones de EEUU. Descubrió que los factores ambientales predecían de forma fiable el comportamiento agresivo, en consonancia con el modelo de privación. La violencia aumentaba en las prisiones con mayor proporción de personal femenino, reclusos afroamericanos, reclusos hispanos y reclusos bajo custodia protectora por su propia seguridad. Esto presta cierto apoyo de investigación al modelo de privación.

Puntos débiles

Sin embargo, los resultados de un estudio de Hensley et al. (2002) contradicen estos resultados. Estudiaron a 256 reclusos de ambos sexos en dos prisiones de Mississippi. Se trataba de prisiones que permitían las visitas conyugales. No encontraron ninguna relación entre el hecho de que se permitieran estas visitas y la reducción del comportamiento agresivo. Esta conclusión sugiere que los factores situacionales no afectan a la violencia en prisión.

Agresión situacional

¿Podríamos utilizar ambos modelos a la vez? Es lo que se conoce como modelo interaccionista de la agresión institucional.

Jiang y Fisher Giorlando (2002) sugieren que el modelo de importación explica mejor la violencia entre reclusos, y que el modelo de privación es más eficaz para comprender la agresión innata contra el personal penitenciario.

Dobbs y Courtney Waid (2004) apoyan un modelo interaccionista. Sostienen que los reclusos sufren privaciones cuando entran en prisión por primera vez. Aun así, las privaciones no conducen necesariamente a la violencia, a menos que se combinen con características individuales específicas importadas a la prisión. Esto significa que la combinación de factores situacionales y disposicionales acaba desembocando en violencia.