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- ¿Qué importancia tiene el autoconcepto?
- ¿Cuáles son algunos ejemplos de autoconcepto?
- ¿Cuál es la relación entre el autoconcepto y la conducta?
- ¿Cuál es la diferencia entre autoconcepto y comportamiento?
- ¿Qué impacto tienen el sexo y la raza en el autoconcepto y el comportamiento?
Importancia del autoconcepto
El autoconcepto puede desempeñar un papel importante en nuestro bienestar psicológico, físico y social. Un autoconcepto negativo puede provocar más problemas psicológicos, mala salud y más conflictos sociales. Puede afectar a la forma en que interactuamos con los demás, tomamos decisiones y a nuestro comportamiento en general.
Elautoconcepto es lo que creemos que somos, o lo que creemos que los demás creen que somos.
El autoconcepto puede dividirse en dos elementos: autoconcepto y autoevaluación. La autoevaluación se refiere a cómo nos juzgamos a nosotros mismos. La autoconcepción se refiere a cómo encajamos en el sistema social.
La adolescencia es el momento de nuestra vida en que empezamos realmente a dar forma a nuestra identidad y a nuestro autoconcepto, aunque sigue siendo fluido a lo largo de toda la vida. Tenemos algunos conceptos del yo en la primera infancia, pero se vuelven más abstractos a medida que crecemos. Nuestros padres y compañeros durante esta época pueden desempeñar un papel importante en cómo nos percibimos a nosotros mismos. La retroalimentación que recibimos de ellos puede ser positiva o negativa. Un autoconcepto negativo, especialmente durante la adolescencia, puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle ansiedad o depresión o sea retraída.
Una consecuencia del desarrollo de un autoconcepto es que, a medida que somos más conscientes de los grupos a los que pertenecemos y a los que no, podemos ser más propensos a tener percepciones generalizadas de ellos y de lo que creemos que deberían ser.
Ejemplos de autoconcepto
Los grupos con los que nos identificamos desempeñan un papel importante en la formación de nuestro autoconcepto. Ejemplos de autoconcepto de grupo pueden ser tu raza, etnia, sexo, religión u orientación sexual. Pero también puede incluir el colegio al que vas, tu familia e incluso tu equipo de fútbol. Es importante que mantengamos un autoconcepto coherente
De niños, empezamos a reconocer nuestros atributos únicos; pero a menudo son percepciones más concretas o básicas. Por ejemplo, podemos reconocer que somos más altos que nuestros amigos o que se nos da muy bien bailar. Sin embargo, no es hasta la adolescencia cuando empezamos a formar percepciones más abstractas de nosotros mismos. Empezamos a percibirnos como pacientes o malhumorados, liberales o conservadores, etc.
El autoconcepto se construye a partir de nuestra conciencia de varios factores. Exploremos algunos ejemplos.
Físicos: Conciencia de nuestros atributos físicos, como el atractivo o la forma física. ("Soy guapa").
Social: Cómo interactuamos y tratamos a los demás. ("Soy egoísta".)
Familiar: Cómo interactuamos y nos relacionamos con la familia. ("Soy un buen hijo").
Competencia: Cómo gestionamos las expectativas y necesidades básicas, como el empleo o el cuidado personal. ("Soy un gran músico").
Académica: Nuestra inteligencia, lo bien que nos va en la escuela, nuestra capacidad para aprender cosas nuevas. ("Se me dan muy bien las matemáticas").
Afectiva: Capacidad para interpretar y comprender el estado emocional de nosotros mismos y de los demás. ("Me pongo ansioso con facilidad").
Relación entre el autoconcepto y el comportamiento
El autoconcepto es relevante para todo nuestro funcionamiento cotidiano. A menudo es el factor impulsor de cómo tomamos decisiones y cómo nos comportamos. Afecta a nuestras motivaciones y actitudes. La relación entre el autoconcepto y el comportamiento no puede ignorarse. Si tu autoconcepto incluye una falta de autocontrol, entonces puedes mostrar comportamientos más agresivos o delictivos. Si el amor propio es una parte central de tu autoconcepto, es menos probable que muestres comportamientos autodestructivos. Muchos de nosotros decidimos lo que es bueno y aceptable basándonos en cómo nos hemos categorizado a nosotros mismos. Esto también puede influir en el comportamiento.
Te categorizas como popular, así que sientes que tienes que intimidar a otras chicas para mantener ese estatus.
Como hemos dicho antes, tu autoconcepto puede influir en cómo ves a los demás. Por ejemplo, si te ves a ti mismo como parte de una "raza superior", es probable que empieces a formar estereotipos de otras razas creyendo que son menos que tú. Estos estereotipos pueden conducir a comportamientos discriminatorios. Si cambiaras tu autoconcepto hacia el de ser una parte humilde de la raza humana, podrías empezar a formarte opiniones más aceptadoras de los demás, lo que daría lugar a comportamientos más acogedores.
Además, pueden ocurrir acontecimientos en la vida que cambien por completo nuestro autoconcepto. Un viudo pasa de casado a soltero. Un abogado recientemente inhabilitado ya no puede ejercer la abogacía. Estos cambios en cómo nos vemos a nosotros mismos conducirán inevitablemente a cambios de comportamiento. Un viudo puede empezar una nueva afición que nunca habría imaginado hacer mientras estaba casado. El abogado inhabilitado puede dar un giro de 180 grados y dedicarse a sus intereses creativos.
Diferencia entre autoconcepto y comportamiento
Aunque la adolescencia es una época en la que descubrimos nuestra identidad, no siempre es una época de claridad. Los adolescentes prueban varias versiones distintas de sí mismos, y su autoconcepto puede no estar estabilizado. Como resultado, su autoconcepto y su comportamiento pueden no estar alineados.
Por ejemplo, un chico de 15 años puede verse a sí mismo como amable y cariñoso pero, debido a la presión de sus compañeros, empieza a acosar a una chica "impopular" sólo para encajar. Estos conflictos pueden ocurrir con frecuencia a lo largo de la adolescencia.
Es importante señalar que, aunque el autoconcepto y la conducta están estrechamente relacionados, no tienen la misma función. El autoconcepto implica cognición y no siempre conduce a un comportamiento. Puede simplemente crear un estado mental que sólo afecta al estado emocional de la persona. Según Carl Rogers, pionero de las perspectivas humanistas, el autoconcepto se basa en tres pilares: el yo ideal, la autoimagen y la autoestima.
Yo ideal: ¿Quién es la persona que quieres ser? ¿Qué atributos o cualidades te gustaría poseer?
Autoimagen: ¿Cómo te ves a ti mismo en este preciso momento? ¿Cuáles son tus rasgos de personalidad, roles sociales y atributos físicos que conforman tu autoimagen?
Autoestima: ¿Cuánto te gustas a ti mismo? ¿Te aceptas y valoras por lo que eres? Una autoestima elevada puede estar causalmente asociada a nuestra capacidad para afrontar los problemas, fijarnos objetivos y comportarnos de un modo que facilite la productividad.
Los comportamientos son a veces, pero no siempre, consecuencia del autoconcepto de una persona. También podrían ser simplemente respuestas autonómicas o condicionadas.
El impacto del género y la raza en el autoconcepto
Tanto el género como la raza son construcciones sociales, lo que significa que son ideas dictadas por las normas de la sociedad. Aun así, son conceptos que nos ayudan a comprender y organizar nuestro mundo. También pueden dictar cómo se nos trata en la sociedad, a veces injustamente.
Impacto del género en el autoconcepto
Ya hemos hablado de cómo el autoconcepto puede estar determinado por los grupos con los que nos identificamos. Por tanto, el impacto del género y la raza en el autoconcepto no debería sorprendernos. La identidad de género es un paso importante en el desarrollo de nuestro autoconcepto y puede influir inversamente en otros elementos del autoconcepto.
Por ejemplo, los hombres tienen un autoconcepto general más alto que las mujeres(Muthuri y Arasa, 2017), y la disparidad de género puede tener un efecto negativo en la autoestima.
Debido a las normas de género creadas por la sociedad, el autoconcepto con respecto al género también puede influir en nuestros comportamientos e intereses. Si tu autoconcepto se identifica como femenino, puede que te sientas obligada a llevar vestidos y maquillarte. Si tu autoconcepto se identifica como masculino, puedes sentirte obligado a hacer deporte y llevar el pelo corto. El género puede afectar incluso al autoconcepto en el lugar de trabajo. Quizá te interese la ingeniería y te identificas como mujer. Pero crees que esa carrera es sólo para chicos, así que te dedicas a algo más "adecuado" para chicas, como la arteterapia. Pero al fin y al cabo, no tienes que alinearte con las normas de género para identificarte con ese género.
Impacto de la raza en el autoconcepto
La raza es una construcción social que históricamente ha sido fuente de discriminación en Estados Unidos. Las minorías raciales de todo tipo se han enfrentado a dificultades. La raza es una parte importante de nuestro autoconcepto, pero además, algunas de las consecuencias sociales de ser de una determinada raza también pueden conformar nuestro autoconcepto. Nuestra raza suele estar vinculada a la cultura y puede influir en lo que nos gusta, lo que comemos, cómo nos vestimos, cómo hablamos, nuestra espiritualidad y mucho más.
Autoestima
Existen varias teorías sobre si la raza afecta o no a la autoestima y, por tanto, al autoconcepto.
La teoría del proceso de comparación social sugiere que las minorías raciales tendrían una autoestima más baja debido a la comparación social del grupo mayoritario.
La teoría de la valoración reflejada sugiere que la percepción de un grupo dicta la autoestima.
Sin embargo, varios estudios no apoyan estas teorías. Por ejemplo, los afroamericanos declaran tener una autoestima más alta que los blancos(Twenge y Crocker, 2002). Si la autoestima se basara en la percepción de un grupo o en la comparación social, éste no sería el caso, y podrían estar en juego otros factores. Una explicación podría ser que los afroamericanos han desarrollado más factores de protección o formas de protegerse de los efectos de la discriminación. Los factores de protección pueden incluir un sentimiento de identidad étnica, la participación en un grupo religioso, la espiritualidad y la relación social en general.
Los asiático-americanos presentan los niveles más bajos de autoestima, lo que puede estar relacionado con el hecho de que muchas culturas asiáticas son colectivistas. Las culturas colectivistas dan prioridad al grupo sobre el individuo. Por lo tanto, puede que no pongan mucho énfasis en expresar una autoestima alta. Si lo hicieran, no fomentarían la modestia, la armonía del grupo y la conectividad.
Autoconcepto y comportamiento - Puntos clave
- El autoconcepto es lo que creemos que somos, o lo que creemos que los demás creen que somos. Puede dividirse en dos elementos: autoconcepto y autoevaluación.
- El autoconcepto es relevante para todo nuestro funcionamiento cotidiano. A menudo es el factor impulsor de cómo tomamos decisiones y cómo nos comportamos. Afecta a nuestras motivaciones y actitudes.
- La adolescencia es el momento de nuestras vidas en el que empezamos realmente a dar forma a nuestra identidad y a nuestro autoconcepto.
- Los ejemplos de autoconcepto grupal pueden incluir tu raza, etnia, sexo, religión u orientación sexual. Pero también puede incluir el colegio al que vas, tu familia e incluso tu equipo de fútbol.
- Según Carl Rogers, pionero de las perspectivas humanistas, el autoconcepto se construye sobre tres pilares: el yo ideal, la autoimagen y la autoestima.
- Debidoa las normas de género creadas por la sociedad, el autoconcepto con respecto al género también puede influir en nuestros comportamientos e intereses.
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